DEL AMOR EN LA PSICOSIS

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Trabajo presentado en el VIII Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología.

La problemática de la inexistencia de la relación sexual atañe a todas las estructuras clínicas.

No es un hecho de discurso sino de la lengua. La psicosis entonces no se encuentra exenta de sus consecuencias y la perspectiva del amor es un recorrido obligado para abordar los problemas que la transferencia psicótica presenta en la clínica.

Si definimos que el amor es un modo de respuesta a la relación sexual que no hay, esto le suma complejidad al tema ya que la característica del amor en la psicosis está definida por Lacan como un amor muerto.[i]

Varias preguntas se abren en torno a este concepto dada la insistencia de la presencia de los pacientes psicóticos en los consultorios, apuesta al dispositivo donde la variable deseo del analista permite el despliegue del invento que hace de parche al agujero producido en la realidad.

Lacan aborda los fundamentos para la inexistencia de la relación sexual en su seminario Aún.[ii] Señala en primer lugar que la imposibilidad de abordar el goce del Otro considerado como cuerpo, es siempre inadecuado, queda reducido al objeto a, indicando así la orientación perversa, el carácter loco y enigmático[iii] y se pregunta “¿No es acaso con el enfrentamiento a este impase, a esta imposibilidad con la que se define algo real, como se pone a prueba el amor?”[iv] Acá es donde se pone a prueba la valentía del amor ante el fatal destino. Se refiere así a la ilusión que produce por un momento de que quede suspendida esa imposibilidad… ahí se ata el amor, pero como es un espejismo, es una promesa, como tal, no cesa de escribirse.

En las Conferencias en la Universidad de Yale[v] cuando se refiere a Aimée dice “en el dominio del amor, la paciente de la que les hablo podía seguramente tener demasiado contra la fatalidad”, y generaliza que para la psicosis hay “una suerte de quiebre en el cumplimiento de lo que se llama amor”[vi], idea que nos conduce a su definición del amor en 1955 donde sostenía que el eros del psicótico es un amor muerto.

¿A qué se refiere Lacan con amor muerto? La degradación del sujeto se encuentra comprometida en esta definición del amor, el sacrificio subjetivo está en hacerse objeto del otro en el amor y es en un recorrido por el amor cortés donde Lacan encuentra el fundamento de su hipótesis.

¿Por qué el amor cortés? Es interesante la lectura que realiza J. Allouch[vii] acerca de los motivos de Lacan. Halla que el comentario de Freud acerca del delirio psicótico es el que promueve la aparición del tema en los distintos seminarios.

Efectivamente, leemos en el seminario 3 que el resultado de lo que aquí desarrolla acerca del amor cortés, “es dar sentido”[viii] a la frase freudiana el psicótico ama su delirio como a sí mismo”.[ix] Tomando en cuenta que Lacan se encuentra elaborando el doble estatuto del otro: el A absoluto y el otro imaginario, lo que convoca a Lacan gira en torno al valor a otorgar a ese sí mismo.

El amor cortés

El recorrido por el amor cortés que Lacan va realizando a lo largo de su enseñanza, nos permite ir ubicando las consecuencias que escriben las razones de la imposibilidad de la relación sexual.

Seminario 3“¿Qué diferencia a alguien que es psicótico de alguien que no lo es? La diferencia se debe a que es posible para el psicótico una relación amorosa que lo abole como sujeto en tanto admite una heterogeneidad radical del Otro. Pero este amor es también un amor muerto.”[x]

Es en este Seminario sobre las psicosis de 1955, que señala: “puede parecer un curioso y singular rodeo recurrir a una teoría medieval del amor para introducir la cuestión de la psicosis; es sin embargo imposible, si no, concebir la naturaleza de la locura”.[xi] Lacan recurre a los estudios de Pierre Rousselot sobre la diferencia entre el amor físico y el amor extático en la Edad Media; parece entonces de interés para entender la experiencia particular del amor del sujeto psicótico. La concepción física: no se refiere al encuentro de los cuerpos. “Física significa natural, y sirve para designar la doctrina de los que fundan a todos los amores reales y posibles sobre la necesaria propensión que tienen los seres de la naturaleza a buscar su propio bien”[xii]

Lo que Allouch subraya del planteo de Lacan acerca del amor muerto, es que esta condición mortífera se cumple solo cuando se realiza, mientras que el amor extático es un amor vivo en tanto se trata de amar al Otro radicalmente Otro -el planteo de 1972 retoma esta fórmula- que se sostiene en tanto hace imposible el encuentro de los cuerpos. Textualmente: “Lacan ciertamente no ha dicho que el amor extático del psicótico por el Otro absoluto es un amor muerto”[xiii]. Por el contrario, habla claramente al respecto acerca de una “posibilidad de la relación amorosa” referida, además, a un objeto bien definido, la “radical heterogeneidad del Otro”. Dicho de otro modo” –prosigue- “el psicótico ama al Otro en tanto que Otro. Este amor está vivo.”[xiv]

Esta perspectiva nos permite colegir dos cuestiones. La primera: que el acento puesto en el Otro por Lacan, en principio lo diferencia de Freud. La otra es que esa experiencia del amor que confronta al sujeto psicótico directamente con un Otro absoluto, es una experiencia donde resulta imposible conjugar el amor con el goce.

En 1955 son las primeras elaboraciones en torno al amor cortés que luego retomará en otros seminarios. En este se refiere en particular a la psicosis.

La entrada en la psicosis de Schreber bajo el asesinato del alma, es “reconózcanlo –dice Lacan – un eco muy singular del lenguaje de amor”[xv]. Y lo refiere al amor en la época de la Carte du Tendre. La “carte du pays de Tendre” (algo así como “mapa de la región de Ternura”). Se trata de una geografía imaginaria, desarrollada en los salones de las preciosas. El mapa sirve, precisamente, para orientarse en un mundo incierto, en el que algunas pasiones podrían desviar al iniciado de su objetivo final, que no es sino cierta versión del amor y, por tanto, de la felicidad cortés.

Dijimos que el abordaje que Lacan realiza en el Seminario 3 es la referencia al Otro donde pareciera diferenciarse de Freud. Sin embargo, sí lo sigue a Freud cuando señala que el delirio es un intento de restitución de los lazos libidinales con el Otro.

Lacan hace referencia al momento del encuentro del psicótico con la forma de la palabra y esto implica una dimensión del amor. Dice: “El psicótico solo puede captar al Otro en la relación con el significante y solo se detiene en una cáscara, una envoltura, una sombra, la forma de la palabra. Donde la palabra está ausente, allí se sitúa el Eros del psicótico, allí encuentra su supremo amor.”[xvi]

Es decir que al agujero que surge en el lugar de la significación fálica Lacan ubica la dimensión del amor supremo, allí “donde la palabra está ausente”.[xvii]

Se trata de un amor en el cual el psicótico se encuentra abolido como sujeto, muerte subjetiva que en 1955 anticipa el estatuto y la localización del objeto a como desecho en la psicosis.

1960 En el seminario de la Ética plantea que el amor cortés se trata de una actividad de creación poética sublimada donde el objeto femenino “se introduce por la singular puerta de la privación, de la inaccesibilidad”[xviii]

“La creación de la poesía cortés (…) tiende a situar en el lugar de la Cosa (…) cierto malestar en la cultura. (…) consiste en plantear según el modo de sublimación propio del arte un objeto al que designaría como enloquecedor, un partenaire inhumano”[xix]. “No hay posibilidad de cantar a la Dama, a su posición poética, sin el presupuesto de una barrera”[xx], es decir un límite que no solo se encuentra a distancia sino que aisla el objeto. Es decir que en “este campo poético el objeto femenino está vaciado de toda sustancia real”[xxi], o sea, a distancia y vaciado de goce.

Allí entonces, ese límite dice de la inexistencia de la relación sexual. En el recorrido por el amor cortés Lacan subraya de diferentes maneras la curiosa función de esta poética y su influencia en las costumbres de la época… y más allá.

“Sus incidencias en la organización sentimental del hombre contemporáneo son totalmente concretas y perpetúan en él su huella”[xxii]

Es que desde el punto de vista estructural, el amor cortés nos hace presente que “lo que demanda el hombre, lo que solo puede demandar, es ser privado de algo real”[xxiii]

Pero ello no subsiste sin el vacío central en el corazón mismo del sistema significante y que Lacan nombra “vacuola” para calificar ese interior exterior propio a los significantes. Dice Lacan: “En la medida en que esa demanda última de ser privado de algo real está ligada esencialmente a la simbolización primitiva que cabe enteramente en la significación del don del amor.”[xxiv]

El psicótico se encuentra excluido de este proceso dado que la forclusión del NP al confrontarlo con el agujero en la significación fálica, le torna imposible el paso a la condición de esa privación real que se abre al amor.

Son los desechos del amor cortés los que presentan analogías con lo que sucede en la psicosis y dan su sentido a la frase de Freud “el psicótico ama su delirio como a sí mismo”, dándole otro estatuto a este “sí mismo”: Aquí el sujeto es desecho, bien lejos del narcisismo del amor adjudicado al psicótico.

1972 en el Seminario Aún el amor cortés es definido como una “forma muy refinada de suplir la relación sexual fingiendo que somos nosotros los que la obstaculizamos”[xxv]. Es el momento en que comienza a situar el tema del goce fálico como obstáculo para el acceso a la relación sexual quedando así a la par del amor cortés, pero en este último se trata de fingimiento, semblante, “es la única manera de salir airosos de la ausencia de relación sexual”[xxvi]. De alguna manera cumple función de límite. En el seminario 20 es con la lógica que funda la excepción donde la finitud que limita el goce separa el amor cortés, en tanto paradigma de metáfora, de la erótica del psicótico que la padece en su infinitud.

Hablar de amor

¿Si el almicidio de Schreber aporta algo a la teoría del amor, es en este sentido que podemos pensar que todo amor en la psicosis sufre de ese asesinato estructural?

Con esta pregunta retomamos la cuestión del amor muerto/amor vivo en la psicosis.

Se trata en la psicosis de no contar con la noción de alma.

Lacan afirma que de existir el alma éste se encuentra en el registro del fantasma. La conjunción S tachado y objeto a que hace posible “soportar lo intolerable de este mundo”[xxvii] hace surgir el a como lo que anima ese efecto llamado amor. O más bien se trata de almor [xxviii] porque hay alma en el asunto.

Nuestra pregunta acerca de Schreber se transforma así en una afirmación.

El almor es la suposición del a al Otro, implica un proceso de simbolización primitiva, una extracción del objeto, mientras que en la psicosis se trata de que el objeto a se tiene en el bolsillo. Imposible suponer algo al Otro, ya sea el alma o el saber. ¿Es suficiente como para declarar que se trata de un amor muerto? Lacan diferencia el amor del sexo, es decir del encuentro de los cuerpos. “El sexo aquí no cuenta”[xxix].

Amor, es hablar de amor, es la carta de almor…es fuera sexo[xxx]. El amor extático se inscribe en esa misma coordenada sexual.

Sin el amparo del marco fantasmático, el psicótico, ese hombre declarado libre, se confronta desde esa posición de poseedor del objeto a al Otro radicalmente Otro tal como Lacan lo define en 1955. Ahora, en el seminario 20, 1972-73, esa heterogeneidad radical, está adjudicada a la posición de la mujer respecto del inconsciente. Ella es “radicalmente Otra en cuanto a lo que puede decirse del inconsciente”[xxxi], por eso tiene relación con el Otro. De allí que se hable de locura o de erotomanía en la posición femenina.

Claro que no se trata de psicosis dada la dirección de la flecha que marca su posición subjetiva que va del lado mujer de la fórmula hacia el falo con mayúscula que le oficia de límite.

Todos los fenómenos de la psicosis que se inscriben desde la mortificación del sujeto, su experiencia de beatitud extrema, el goce deslocalizado, la certeza de goce erotómano, que encontramos en nuestra clínica, difícilmente se inscriban como un amor muerto. Todos ellos se ordenan bajo el amor extático que bien podemos justificar diferenciarlo a los fines de una cuestión preliminar.

Conclusión

Este estado de trabajo es producto de intentar conceptualizar lo que acontece en nuestra práctica clínica.

He tratado una psicosis femenina que ha condescendido a ser tomada como una mujer para un hombre. La vertiente del amor: tener un hijo se ha jugado como lo que ella hace por él dado que él la ama.

En otro caso, los intentos de una paciente psicótica por hacerse elegir por un hombre, es el síntoma que ha construido en análisis posicionándose como partenaire en la relación sexual. En ningún momento el tema supone el sacrificio al goce del Otro. La vía que le permite sostener esa escena, es tener que imitar muy bien a la otra del espejo.

En ambos casos se puede afirmar que el encuentro con el deseo del analista abre la posibilidad para el despliegue de cierta condición del amor que permite dar tratamiento a lo imposible de la relación sexual.

NOTAS

[i] LACAN, J (1984) El Seminario de Jacques Lacan. Libro 3. Las Psicosis 1955-56. Paidos. Buenos Aires. p. 363

[ii] Nos guiaremos por el recorrido que G. Dessal propone en su conferencia “Sobre una degradación particular de la vida erótica” pronunciada en la Conversación Clínica realizada en Barcelona en el año 2002.

[iii] LACAN, J (1981) El Seminario de Jacques Lacan Libro 20 AUN 1972-73. Paidos. Buenos Aires. p. 174

[iv] Id

[v] LACAN, J.(1975) Conferencias en la Universidad de Yale. Inédito.

[vi] Id

[vii] ALLOUCH, J. (2011) El Amor Lacan. Cuenco de El Plata. Buenos Aires. p.78

[viii] LACAN, J (1984) El Seminario de Jacques Lacan. Libro 3. Las Psicosis 1955-56. Paidos. Buenos Aires. p. 365

[ix] Id.

[x] Id p. 363

[xi] Id [xii] ALLOUCH, J. (2011) El Amor Lacan. Cuenco de El Plata. Buenos Aires. p. 82

[xiii] Id. p.83

[xiv] Id.

[xv] LACAN, J (1984) El Seminario de Jacques Lacan. Libro 3. Las Psicosis 1955-56. Paidos. Buenos Aires. p. 365

[xvi] Id.

[xvii] Id

[xviii] LACAN, J. (1973) El Seminario de Jacques Lacan. Libro 7. La Ética del psicoanálisis 1959-60. Paidos. Buenos Aires. p.183

[xix] Id. p.185

[xx] Id. p.183

[xxi] Id.

[xxii] Id. p.182

[xxiii] Id.p.184

[xxiv] Id.p.184

[xxv] LACAN, J. ((1981) El Seminario de Jacques Lacan. Libro 20. Aun. 1972-73. Paidos. Buenos Aires. p. 85

[xxvi] Id.

[xxvii] Id. p.102

[xxviii] Id [xxix] Id

[xxx] 103

[xxxi] Id. p.98

BIBLIOGRAFÍA

Allouch, J. (2011) El Amor Lacan. Cuenco de El Plata. Buenos Aires

Lacan, J (1984) El Seminario de Jacques Lacan. Libro 3. Las Psicosis 1955- 56. Paidos. Buenos Aires

Lacan, J. (1973) El Seminario de Jacques Lacan. Libro 7. La Ética del psicoanálisis 1959-60. Paidós. Buenos Aires.

Lacan, J (1981) El Seminario de Jacques Lacan Libro 20 AUN 1972-73. Paidos. Buenos Aires

Lacan, J.(1975) Conferencias en la Universidad de Yale. Inédito

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