PROCESAMIENTO DE LA MÚSICA EN LOS HEMISFERIOS CEREBRALES: UN ESTUDIO PRELIMINAR

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Introducción

El presente artículo tiene como objetivo indagar la relación entre los hemisferios cerebrales y el procesamiento de la música. Para tal fin, se realizó una exploración literaria que se complementó con la búsqueda de estudios empíricos.
Se considera que el conocimiento sobre la manera en la que el cerebro procesa la música puede ser beneficioso no sólo para los profesionales, sino también para los estudiantes de diversas disciplinas: como la psicología y la neurología, entre otros. El contenido de dicho artículo también está dirigido a aquellos interesados en la temática ya que se considera que todas las personas, en menor o mayor medida, están atravesadas por la música en alguna forma: desde músicos a aficionados por la música sin conocimientos académicos.
La música está en todos lados, no la podemos evitar: casamientos, cumpleaños, actos académicos, rituales religiosos, por ejemplo. La musicalidad es definida como una capacidad cognitiva superior del ser humano [1,2], con lo cual, se considera fundamental conocer la relación entre el cerebro y el procesamiento de la música. Tomaremos el enfoque de que la inteligencia musical abarca tres conductas: audición, ejecución y composición [3]. Tomando lo anterior, inferimos que la relación cerebro y música es altamente compleja.

Desarrollo

1. Funciones localizadas

Actualmente tenemos mucho más conocimiento acerca del cerebro. Sin embargo, las funciones de los hemisferios izquierdo y derecho aún son parte de continuos debates [4]. También fue discutido en el pasado, ya que alrededor del 400 a. C., Hipócrates habló de la dualidad del cerebro [5]. En 1870 investigadores estimularon eléctricamente diferentes partes del cerebro en animales y de soldados con lesiones en la cabeza y encontraron que la estimulación de ciertas zonas causaba movimientos en distintas partes del cuerpo [6]. La idea de que el cerebro tiene un hemisferio dominante fue propuesta desde 1874 [7].
Durante muchos años se ha sostenido, en general, que el hemisferio izquierdo gobierna el campo visual derecho y el lado derecho del cuerpo, y que el hemisferio derecho regula el campo visual izquierdo y el lado izquierdo del cuerpo. Sin embargo, los dos hemisferios están conectados por conjuntos de fibras, y el conjunto más grande es el cuerpo calloso [4]. Gazzaniga, Bogen y Sperry hallaron que el lenguaje está controlado principalmente por el hemisferio izquierdo [8].
Otras funciones localizadas son las siguientes. Parece que el pensamiento analítico se localiza en el hemisferio izquierdo, mientras que el procesamiento espacial, auditivo y emocional ocurre en el hemisferio derecho [4]. Posiblemente el hemisferio derecho procese las emociones negativas y el hemisferio izquierdo las emociones positivas[9]. La direccionalidad se procesa mejor en el hemisferio derecho y el reconocimiento facial en el hemisferio izquierdo [4]. El hemisferio derecho también desempeña un papel crucial en la interpretación contextual [5]. En la tabla 1 se resumen las funciones localizadas en los hemisferios cerebrales.

Tabla 1
Funciones localizadas en los hemisferios cerebrales

2. Conexiones

Si bien se han localizado determinadas funciones tanto en el izquierdo como el derecho, no debemos caer en el error de pensar que ambos hemisferios funcionan independientemente. Ninguna parte del cerebro trabaja sola, sino que la información se transfiere rápidamente de una zona a otra del cerebro. Los hemisferios tienen algunas funciones localizadas, pero también están conectados y existe un gran intercambio de información (impulsos nerviosos) entre ellos. Es posible que haya muy pocos procesos mentales que ocurren en un solo hemisferio [9]. Los hemisferios trabajan en conjunto; la información está disponible para ambos todo el tiempo. Existe una banda de fibras llamada cuerpo calloso que además de dividir a los dos hemisferios los conecta para el procesamiento neuronal [4].

3. Primeros estudios sobre procesamiento musical.

Los primeros estudios de especialización hemisférica sostenían que el hemisferio izquierdo se especializaba en el procesamiento del lenguaje y el hemisferio derecho en la música [10,11]. El énfasis inicial de los estudios en pacientes con sección del cuerpo calloso se puso en todos los aspectos relacionados con el lenguaje y otras funciones cognitivas, así como con el procesamiento sensorial, que no incluía específicamente el musical [12]. Esos estudios iniciales dieron origen a la propuesta de un hemisferio izquierdo intelectual y de un hemisferio derecho artístico, que procesaba la información musical y la estética visual, aunque se reconocía una diferencia de lateralización en el caso de los músicos profesionales.
El interés en el procesamiento central de la música se desarrolló de una forma importante en la década de los noventa en el siglo XX. Con el apoyo de la tecnología y el reconocimiento y el análisis de los diferentes componentes de la música se realizaron estudios de imágenes funcionales que permitieron reconocer la participación de los dos hemisferios en la percepción musical [13,14]. Con lo cual, se descubrió que el procesamiento musical involucra a todo el cerebro, en contraposición a la propuesta inicial que reducía la actividad musical al hemisferio derecho [15].

Hemisferio derecho

La dominancia del hemisferio derecho para la percepción de melodías fue descrita por primera vez por Kimura en 1964 [11]; dominancia que rebatieron después, en 1974, Bever y Chiarello [16], quienes propusieron un procesamiento bilateral según la experiencia musical. La teoría de que la percepción y el procesamiento de la música eran exclusivos del hemisferio derecho fue discutida por Peretz et al en 1994 [17], quienes encontraron que existía un sesgo a favor de este hemisferio, dado que las experiencias realizadas se centraban principalmente en la percepción de tonos presentados de forma aislada o en una secuencia, y no en otras experiencias musicales.
Los primeros estudios de tomografía por emisión de positrones (PET) que mostraron una activación hemisférica derecha para la discriminación del timbre, el tono y los cambios tonales en melodías fueron comunicados por Mazziota et al en 1982 [18,19] y, posteriormente, por Zatorre et al en 1994 [20]. Simultáneamente, se había realizado un buen número de estudios que demostraban que la corteza temporal derecha está implicada en el procesamiento, reconocimiento y discriminación del timbre y el tono [21,22]. Asimismo, se le atribuyen funciones como memoria musical, entonación, memoria tonal y preservación del contorno melódico [23,24]. Sin embargo, se comunicó un caso clínico de una paciente con lesión bilateral de los lóbulos temporales en la cual se evidenciaba una afectación de la memoria semántica y episódica, pero una integridad total para la memoria musical [25]. Esto indicaría que dicha memoria se almacena en diferentes regiones corticales, aunque es necesario realizar estudios complementarios que apoyen dicho hallazgo.

Hemisferio Izquierdo

El hemisferio izquierdo, considerado como el encargado del reconocimiento del habla y del procesamiento del lenguaje, función que depende de áreas anteriores de la corteza auditiva [26,27], está involucrado también en el procesamiento de estímulos musicales. La asimetría a favor de este hemisferio se asocia con el reconocimiento de estructuras temporales del sonido [28,29], que, a su vez, permitirán el procesamiento de estructuras musicales específicas.
Se le atribuyen también diferentes funciones relacionadas con la música, entre ellas, el reconocimiento de estructuras rítmicas, temporales y secuenciales, y se le relaciona con las representaciones semánticas del estímulo musical (reconocimiento e identificación de melodías) [32,33]. Se ha comunicado, asimismo, en diferentes trabajos, la activación parietal y frontal izquierda para ritmos métricos [21]. La observación de pacientes con lesiones del lóbulo temporal izquierdo ha permitido ver una relación directa entre la magnitud y localización de la lesión con la alteración del ritmo y el reconocimiento de melodías [30,31]. Los pacientes con lesiones en el lóbulo temporal del hemisferio izquierdo presentaban dificultad en el reconocimiento de dos tonos separados por intervalos cortos –de 300 ms o menores– [34], en la detección de cambios sutiles en tiempo sincrónico o en la duración del mismo [34,35]. En pacientes a los que se realizó una cortectomía izquierda, se produjo una alteración en la percepción del intervalo, pero no en el contorno musical, de manera contraria a lo sucedido con cortectomías derechas, en las que se afectó tanto el contorno como el intervalo musical. Lo anterior puede explicar el principio de cooperación de los hemisferios [24].

4. Neuropsicología cognitiva de la música

Desde un enfoque psicofisiológico, la música es sonido, el sonido es vibración, la vibración es energía que se transmite en forma de ondas que llegan al oído y de éste al cerebro. Tomando esta perspectiva, el acto de oír es resultado de una excitación producida por ondas sonoras sobre las terminaciones del nervio auditivo, que se transmite al centro auditivo del cerebro y da lugar a una sensación aural (o auditiva). Sin embargo, el cerebro actúa como un todo aunque determinadas funciones se encuentren alojadas en centros auditivos, áreas cerebrales e incluso hemisferios concretos. La función cerebral de la música implica diversos procesos que han sido localizados en los hemisferios cerebrales [3]. La tabla 2 resume las siguientes funciones.

Tabla 2
Funciones cerebrales de la música localizadas en los hemisferios.

Fuente: Psicología de la música y emoción musical, de Lacárcel J.M., Educatio, nº 20-21. Diciembre 2003

Debemos tener en claro dos cosas muy importantes. En primer lugar, la conducta musical involucra todo el cerebro, y en segundo lugar, debemos tener en cuenta que la inteligencia musical no implica solamente el acto de audición: transmisión de ondas sonoras al centro auditivo y de éste al cerebro, sino que en total involucra tres conductas: audición (mencionada anteriormente), la ejecución o interpretación y la composición. Cada conducta requiere movilizar áreas concretas conectadas a su vez con otras. Por ejemplo, cuando se practica el canto, la articulación de las palabras, constituye una elaboración de secuencias y representaciones verbales localizadas en el hemisferio Izquierdo. Simultáneamente requiere de la entonación melódica y el aporte emocional que se encuentra en el hemisferio derecho [3].
Actualmente se tiene la idea de que el fenómeno de la percepción musical atañe a ambos hemisferios cerebrales [36].

5. Conclusiones

Si bien se han localizado diversas funciones en los hemisferios cerebrales, se plantea un enfoque no reduccionista. Gran parte de los procesos mentales involucran la activación de distintas partes del cerebro. En lo que se refiere a procesamiento musical, los estudios iniciales localizaban la función cerebral de la música en el hemisferio derecho. Sin embargo, investigaciones posteriores mostraron que la música se procesa en todo el cerebro. Una mayor profundización en el tema permitió discernir distintas actividades musicales que ocurren en ambos hemisferios.
Como posibles indagaciones se propone la búsqueda de información acerca de determinados daños cerebrales y su afectación o no del procesamiento musical. Entendiendo que la inteligencia musical involucra todo el cerebro, se podría plantear que determinados daños cerebrales tal vez alteren el procesamiento de la música en una determinada función. Por ejemplo, un daño cerebral en el hemisferio derecho podría afectar la imaginación musical pero no alterar la capacidad de pronunciación de palabras para el canto. Se plantea lo dicho anteriormente a modo de ejemplo para plantear un nuevo espacio de indagación: daños cerebrales y procesamiento de la música.

Referencias

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