La evaluación neurocognitiva del niño hipoacúsico o Sordo

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La evaluación neurocognitiva de las habilidades del niño hipoacúsico o Sordo (en adelante hip/S) representa un desafío en el campo clínico y de la investigación científica. En nuestro país, no hemos hallado aún técnicas adaptadas y estandarizadas para ser aplicadas en dicha población. En el presente artículo se recabó información respecto al desempeño de distintos grupos de niños en las tareas de fluidez semántica, inteligencia general e inteligencia no verbal, teniendo en cuenta el modo de comunicación (que puede ser oral, signada o uso de ambas); las diferencias existentes en el desempeño entre niños oyentes y niños hip/S, principalmente si hubo acceso tardío a la Lengua de Señas (en adelante LS); la influencia en el desempeño respecto al modo de comunicación (oral, signada o ambas); y la presencia de resultados similares a los puntajes normativos en las tareas no verbales.

De la misma manera, se incluyen autores que han estudiado la importancia de comprender a la Lengua de Señas como una lengua en sí misma, de la necesidad de incluirla como primera lengua para el acceso y desarrollo de la comunicación del niño hip/S, y de los aspectos culturales propios de la población Sorda. Entre ellos, McCay Vernon, Wyatt C. Hall y la Dra. María Ignacia Massone, esta última, autora argentina de una extensa obra sobre la Lingüística de la LS Argentina (LSA).

Introducción

La evaluación neurocognitiva de las habilidades del niño hipoacúsico o Sordo representa un desafío en el campo clínico y de la investigación científica. En nuestro país, no dispondríamos aún de técnicas que se encuentren adaptadas y estandarizadas para ser aplicadas en dicha población (Reesman, JH, Day, LA, Szymanski, CA, Hughes-Wheatland, R., Witkin, GA, Kalback, SR y Brice, PJ; 2014) y el abordaje clínico estándar se fundamenta en la rehabilitación audiológica para lograr el acceso al lenguaje oral (Massone, M. I.; Machado. E. M.; 1994).

La inteligencia es un constructo compuesto que involucra diversas variables, entre las cuales se incluyen: edad, nivel educativo, nivel social, estimulación ambiental, nivel educativo de los padres y genética (Nisbett et al., 2012). Dichas variables son tenidas en cuenta a la hora de buscar validez en las pruebas de inteligencia. Por consiguiente, también se puede inferir que es necesario que esas mismas variables sean consideradas para la evaluación del niño hip/S. (Kushalnagar et al., 2007). Sin embargo, existen varias dificultades para evaluar los niveles de inteligencia de estos niños, como la falta de instrumentos validados, los prejuicios y el conocimiento limitado sobre el funcionamiento cognitivo.

Considerando lo anterior, el aplicar instrumentos de evaluación inadecuados pueden resultar en sesgos en cuanto a las habilidades reales del niño hip/S, sin dejar de lado que se pueden arribar a diagnósticos erróneos. Kriviski (2000) indica que, a menudo, las evaluaciones a niños hip/S se los diagnostica con un coeficiente intelectual equivalente al de los niños con Discapacidad Intelectual.

En 1965, McCay Vernon, pionero en comprender a esta población como heterogénea, pone en evidencia los sesgos en las investigaciones llevadas a cabo por psicólogos en cuanto a la evaluación del coeficiente intelectual de los niños hip/S, producto de la aplicación de metodologías inadecuadas y la falta de experiencia de los mismos evaluadores. Bajo esta premisa desestima la idea concebida y sostenida durante años propuesta en el Congreso de Milán de 1880 y rectificada en el siglo XX respecto a que la persona Sorda es inferior a la persona oyente (Vernon, M. 2005). Su producción científica permitió asentar bases en materia de evaluación psicológica en dicha población.

Por otro lado, la Dra. María Ignacia Massone, refiere a la “perspectiva oralista” como aquella que circunscribe al niño hip/S con déficits en el desarrollo cognitivo por suponerlo falto de lenguaje o por presentar dificultades al acceder al lenguaje oral. Según esta perspectiva, para que se pueda saldar ese déficit, sería necesaria la oralización y la rehabilitación audiológica, de esta manera, ese niño podría acceder al pensamiento (Massone, M. I.; Machado, E. M.; 1994). En su obra, plantea a la LS como una lengua en sí misma, con su propia gramática y morfología mediada por la modalidad viso-espacial (Massone, M.I., Martinez, R.A.; 2012). Ambos autores en sus trabajos ponen en relevancia la necesidad de conocer y aprender cuáles son las particularidades de la población hip/S, sus aspectos culturales y su Lengua para poder realizar intervenciones efectivas en el ámbito de la salud mental y educativo.

Por lo tanto, no sólo es necesario desarrollar pruebas específicas para esta población y de esta manera arribar a perfiles cognitivos adecuados sino, también, poder tener información respecto a aquellas pruebas que pueden facilitar el proceso de evaluación, para luego realizar una correcta adaptación de una prueba estandarizada existente o evaluar la posibilidad de crear una herramienta nueva (Henner, J.; Novogrodsky, R.; Reis, J.; Hoffmeister, R.; 2018).

Para el presente artículo se seleccionaron tres estudios publicados en los últimos años en población de niños hip/S, cada uno de ellos con diferentes características: la evaluación de la fluidez semántica, de la inteligencia en general y de la inteligencia no verbal; así como también fue necesaria la inclusión de los aportes de la Dra. María Ignacia Massone, como referente de nuestro país en materia de estudio de la población que nos compete. Por último, se incluyen dos trabajos que arrojan luz sobre la importancia de la exposición del niño hip/S de manera temprana a la LS para favorecer el desarrollo del lenguaje.

Evaluación cognitiva y el acceso a la LS

Fluidez semántica

C.R. Marschall et al (2017) comparó el rendimiento de los niños hip/S y oyentes en una tarea de fluidez semántica. El rendimiento óptimo en esta tarea requiere una búsqueda sistemática del léxico mental, la recuperación de palabras dentro de una subcategoría y, cuando esa subcategoría se agota, cambiar a una nueva subcategoría. Se compararon los patrones de recuperación entre grupos, y también las respuestas de niños Sordos que usaron Lengua de Señas Británico (BSL) con aquellos que usaron inglés hablado. Se estudió cómo el rendimiento en la evaluación de fluidez semántica se relacionaba con el vocabulario expresivo de los niños y las habilidades de las funciones ejecutivas. Los participantes eran niños Sordos de edades comprendidas entre 6 y 11 años (N = 106, que comprenden 69 usuarios de inglés hablado, 29 usuarios de BSL y 8 usuarios de inglés con apoyo de señas, SSE), sin comorbilidades asociadas, en comparación con niños oyentes (N = 120) de la misma edad que usaron inglés oral. La fluidez semántica se probó para la categoría 'animales'. Los participantes también completaron la Expressive One Word Picture Vocabulary Tests (Test de vocabulario expresivo Palabra - Imagen, EOWPVT; Brownell 2000) y una batería de seis tareas de funciones ejecutivas no verbales (Odd One Out Span; Henry, 2001; Tarea Espacial hacia atrás, Wechsler y Naglieri, 2006; Fluidez de diseño, batería NEPSY, Korkman et al, 1998; Prueba de senderos de color para niños 1 y 2, Llorente et al, 2003; Torre de Londres, Shallice 1982; Simon Task, Simon, 1990).

Se observó que, en cuanto a la categoría utilizada por este estudio, los niños hip/S produjeron menos respuestas que los niños oyentes de la misma edad, sin embargo, ninguno de los grupos produjo muchos errores (repeticiones, intrusiones y respuestas ininteligibles), ambos grupos compartieron nueve de sus diez respuestas más frecuentes (gato, perro, elefante, peces, jirafas, leones, monos, cerdos, tigres).

Debido a la heterogeneidad que presentó la población de niños hip/S en relación a su experiencia con el lenguaje, se realizó un análisis en profundidad respecto al total de respuestas, respuestas correctas dadas durante la tarea y el modo de comunicación (BSL, inglés oral y SSE). A partir de los resultados, se observó que aquellos niños que habían sido expuestos desde el nacimiento a la BSL produjeron más elementos que aquellos niños que habían sido expuestos a la BSL más adelante en su infancia. Si bien los autores sugieren tomar con precaución los resultados debido al tamaño muestral, agregan que el modo de comunicación (oral o LS) no influye en el desempeño, sino el dominio del idioma. A su vez, ese dominio del idioma (sea inglés oral o BSL) afecta al desempeño en la tarea de fluidez semántica. Los hallazgos indican que la performance en la tarea de vocabulario expresivo (EOWPVT) sea en inglés oral o BSL, en niños oyentes o hip/S, es un predictor significativo de los puntajes de fluidez semántica.

Escala de inteligencia para niños, quinta edición (WISC-V)

Leah M. Arrington (2018), se plantea: ¿Existen diferencias de perfil, tal y como se identifican mediante los puntajes índices, entre los estudiantes hip/S comparados con normas del WISC-V? En su estudio participaron 43 niños (25 varones, 18 mujeres) en las edades comprendidas entre 6 y 11 años con distintos grados de pérdida auditiva (leve, moderada, severa y profunda) sin comorbilidades. En cuanto al modo de comunicación, 26 de ellos utilizaron la lengua oral y 17 la denominada comunicación total, es decir, un método de comunicación que implica la adquisición del lenguaje a través de la LS y que durante el estudio fue utilizado SEE (Sign Exact English o Inglés Signado).

Los resultados indicaron que la mayoría de los índices se encontraron dentro del rango cualitativo promedio (Razonamiento Fluido, Viso espacial, Velocidad de procesamiento), excepto por el índice de Memoria de Trabajo (IMT= 87,5) y Comprensión Verbal (ICV=81,68), los cuales se encontraron por debajo de rango promedio. En relación a los subtest se mencionan de mayor a menores puntajes escalares: Matrices (PE=9,93), Balanzas (PE=9,86), Puzzles visuales (9,86), Búsqueda de símbolos (PE=9,7), Claves (PE=9,42), Cubos (PE=9,21), Span de dibujos (PE=7,98), Semejanzas (PE=7,71), Dígitos (PE=7,29) y Vocabulario (PE=5,56).

En cuanto al modo de comunicación empleado, los resultados indican que aquellos que optaron por la modalidad oral obtuvieron mejores resultados que los niños que utilizaron comunicación total. Sin embargo, no se puede determinar si las diferencias de puntajes se deben al modo de comunicación en sí o al tipo de adquisición del lenguaje (oralista o LS).

El estudio concluye que las normas standard del WISC-V presentan diferencias significativas en los índices de Comprensión Verbal y Memoria de Trabajo en relación al rendimiento de niños hip/S independientemente del tipo de amplificación utilizada, el grado de pérdida auditiva y el modo de comunicación. Debido al tamaño muestral, los autores sugieren tomar con cautela los resultados.

Estudio comparativo Leiter-R Brief IQ y DAS-II

En este estudio comparativo de escalas no verbales, Jannel Phillips et al (2014), tienen por objetivo evaluar la validez concurrente de la Escala de Rendimiento Internacional Leiter revisada (Leiter-R Brief IQ) y la Escala de habilidades diferenciales - Segunda edición (Índice de Razonamiento No Verbal, DAS-II) en un grupo de niños hip/S. Una característica distintiva del Leiter-R es que sus consignas no son verbales, esto contribuye a la validez de la prueba como una medida imparcial de evaluación cognitiva no verbal en un grupo de niños con niveles variables de pérdida auditiva, porque elimina la influencia negativa de los retrasos o déficits auditivos y del lenguaje en el desempeño del niño. La muestra estuvo compuesta por 54 niños entre 3 y 6 años de edad con pérdida auditiva bilateral permanente, sin comorbilidades asociadas. Se administraron ambas pruebas, así como también se evaluaron las habilidades verbales con el Preschool Language Scales – 5th Edition. En cuanto a los resultados, no se han encontrado diferencias significativas en el rendimiento de los niños entre ambas pruebas (Leiter-R: Media=96,7, DS= 19,4 vs DAS II NVIQ: Media= 94,9, DS=16,4), y en relación a puntajes estándar proporcionados por cada una de ellas arrojó un desempeño promedio en las tareas no verbales. No obstante, los puntajes más altos tanto en Leiter-R como en DAS-II correlacionan con mejores puntajes en el lenguaje expresivo y receptivo, según Preschool Language Scales – 5th edition.

El acceso a la Lengua de Señas

En el desarrollo del niño, existe un periodo sensible para la adquisición del lenguaje y que significa una gran posibilidad de cambios cerebrales permanentes. En el caso del niño hip/S, el lenguaje hablado podría no ser completamente accesible, por lo cual resulta fundamental la exposición temprana a una lengua, es decir LS, que pueda ir estimulando la creación de estructuras lingüísticas y, a su vez, que pueda generar canales de comunicación para con los otros. No obstante, dentro de la práctica estándar se retrasa o niega la exposición a la LS, lo que produce un detrimento en el desarrollo global del niño.

Wyatte C. Hall (2017) expone en su trabajo que existe la creencia antigua de que el aprendizaje de la LS interfiere con el desarrollo del lenguaje oral en niños hip/S con implante coclear y que es común que se sugiera el aprendizaje de la LS en aquellos casos en los que las habilidades del desarrollo del habla fracasen. Sin embargo, la falta de acceso a un primer idioma tiene implicancias negativas como, por ejemplo, retrasos en la adquisición del lenguaje -como se detalló anteriormente-, ya que “aprender a escuchar y aprender un idioma hablado simultáneamente es considerablemente más oneroso que tener una base de lenguaje en crecimiento que se pueda usar para ayudar al desarrollo de las habilidades del implante coclear” (Hall, 2017); dificultades de salud mental, por ejemplo mayores tasas de depresión, problemas de conducta, niveles de estrés aumentadas en comparación con pares oyentes (Dreyzehner J, Goldberg K.A, 2019), mayor riesgo de intentos de suicidio (Barnett, S. et all, 2011); y menor calidad de vida percibida, por ejemplo, mayor probabilidad de sufrir de abuso físico y sexual (Barnett, S. et all, 2011), presentar dificultades en la comunicación con padres oyentes, lo cual influye en el acceso a información sanitaria relevante (Scott R. Smith & Vincent J. Samar, 2016) incluido el consumo de sustancias como alcohol y drogas (Anderson ML, Chang BH, Kini N., 2018) y en sentirse excluido de la familia si no puede comunicar sus necesidades o ser comprendido (Dreyzehner J, Goldberg K.A, 2019).

Wyatte C. Hall (2017) propone al implante coclear como una intervención independiente de la accesibilidad del niño a su primera lengua y desestima aquellos enfoques que circunscriben la rehabilitación audiológica del niño hip/S únicamente a través del implante coclear y la enseñanza de la lengua oral.

María Ignacia Massone (1994), expone que “la Lengua de Señas Argentina (LSA) es una lengua natural que posee todas las propiedades que los lingüistas han descrito para las lenguas humanas, una estructuración gramatical tan compleja como la de toda lengua hablada y la misma organización estructural que cualquier LS”. La lengua oral y la de Señas tienen propiedades comunes: productividad, arbitrariedad, discreción, relaciones gramaticales y doble articulación. Agrega “la LSA contiene los rasgos de toda LS: organización sintáctica, un léxico que solo parcialmente se superpone con el español, verbos de movimiento con clasificadores expresados por la configuración de la mano, verbos que señalan concordancia entre sujeto y objeto, clasificadores numerales, predicados con inflexiones aspectuales, rasgos no manuales con función sintáctica, adverbial y discursiva. Por lo tanto, la LSA es una lengua legítima como las demás lenguas de señas”. Y, por último, si no se acepta el habla del niño, el habla que trae de su hogar, el habla de su identidad cultural, el habla con la que conoció el mundo y con la cual se siente cómodo, si se la desvaloriza y reprime, y se la considera incorrecta e inferior, si se considera que el niño por el hecho de usarla tiene un déficit cognitivo, ese niño fracasará en la escuela y en su vida y no deseará comunicarse ni aprender”.

Conclusiones

El objetivo de este artículo es presentar información relevante y actualizada en lo referido a la evaluación neurocognitiva en niños hip/S, así como también mencionar algunos aspectos importantes referidos a la influencia del aprendizaje de la LS en relación al desarrollo neurocognitivo. Si bien las muestras utilizadas fueron pequeñas, debido a la heterogeneidad que presenta la población hip/S, estos tres estudios nos permiten pensar que: aquellos niños que tuvieron acceso temprano a la Lengua de Señas, se desempeñaron mejor en la tarea de fluidez semántica; las normas estandarizadas del WISC V no son aplicables en esta población, ya que se encontraron diferencias significativas en los puntajes normativos de la prueba en relación al desempeño medio de la población estudiada, así como también no se puede determinar si los bajos puntajes en los subtests mencionados se deben al modo de comunicación utilizado o al tipo de adquisición del lenguaje (oralista o LS); por último, no se encontraron diferencias significativas en relación a los puntajes estandarizados para dos escalas con tareas no verbales.

Cabe mencionar que las pruebas mencionadas aquí no se encuentran adaptadas, ni estandarizadas para la población argentina y, en la actualidad, no se contaría con baremos locales específicos para ser utilizados en la población mencionada en este trabajo. Debido a esto, cobra relevancia la investigación y/o desarrollo de herramientas apropiadas para su implementación en nuestro país.

 

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