Incidencia de lo sonoro y las músicas como vía de desplazamiento del neo-borde en la clínica del autismo

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En este trabajo presentamos una serie de recortes clínicos provenientes del psicoanálisis lacaniano e indicaciones clínicas en musicoterapia con el fin de abordar a lo sonoro y las músicas como medio de desplazamiento del neo-borde en la clínica del autismo. Presentamos con relación a esto algunos desarrollos conceptuales específicos en musicoterapia, los alcances e incumbencias profesionales, el ejercicio profesional y desempeño de la profesión en el marco de la ley, y el perfil del graduado de musicoterapia de la Universidad de Buenos Aires.

La licenciatura en musicoterapia se incluye como carrera de grado en la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires en el año 2004. Si bien desde el año 1993 esta disciplina es parte de la Facultad, a causa de su carga horaria, consistía formalmente en una “carrera menor”. La creación de la licenciatura en aquel año consistió, por lo tanto, en una jerarquización del título en musicoterapia.

Hoy se oferta como carrera de grado junto con Psicología, Terapia Ocupacional y Profesorado de enseñanza media y superior en psicología en la Universidad de Buenos Aires.

El perfil del graduado en musicoterapia de la UBA explicita

El licenciado en Musicoterapia es un profesional de la salud con sólida formación científica, basada en el corpus de conocimientos propios y específicos disciplinares, en la formación musical y en los conocimientos relativos al dominio de la Psicología y de la Fisiología (con énfasis en los aspectos neurológicos) necesarios para el abordaje de su objeto y campo de estudio.

Su formación le permite desempeñarse interdisciplinariamente en la protección, promoción y prevención primaria, secundaria y terciaria de la salud. Estas intervenciones profesionales se llevan a cabo en hospitales, centros de salud, escuelas (comunes y/o especiales), instituciones de salud mental, instituciones especializadas en niños, jóvenes, adultos y adultos mayores” (UBA, 2004)

Acorde a los alcances del título de la Licenciatura en Musicoterapia, los graduados pueden cumplir funciones de investigación, asesoramiento y capacitación específicas de la disciplina. Vemos la afinidad de esto con la Ley de ejercicio profesional 27153, promulgada en el año 2015, ya que en Capitulo II: Ejercicio profesional y desempeño de la profesión, Artículo 2°, establece que se considera ejercicio profesional de la musicoterapia, en función de los títulos obtenidos y del ámbito de su incumbencia, a la aplicación, investigación, evaluación y supervisión de técnicas y procedimientos en los que las experiencias con el sonido y la música operen como mediadores, facilitadores y organizadores de procesos saludables para las personas y su comunidad. Mientras que en el Capítulo IV: Alcances e incumbencias de la profesión, Artículo 6°: Los musicoterapeutas o licenciados en musicoterapia están habilitados para las siguientes actividades:

a) Actuar en la promoción, prevención, atención, recuperación y rehabilitación de la salud de las personas y de la comunidad a partir de las experiencias con el sonido y la música.

Por ende, tanto el plan de estudios de la Licenciatura en Musicoterapia de la UBA como la ley vigente señalan que los musicoterapeutas están facultados para despeñarse en los niveles de promoción, prevención, atención y rehabilitación; así como en los ámbitos educativos, hospitalarios, comunitarios, y clínicos; en dispositivos individuales y/o grupales.

El plan de estudios de la licenciatura en musicoterapia de la UBA promueve la necesaria transmisión de la diversidad existente de perspectivas teóricas y prácticas. Estos desarrollos específicos de la disciplina incluyen a los diversos modelos, abordajes, métodos, procedimientos y técnicas musicoterapéuticas. Tomamos las propuestas de K. Bruscia (2014), y J. Edwards (2016) para referirnos brevemente a estos conocimientos propios y específicos. 

Un modelo es para Bruscia un enfoque integral de valoración, tratamiento y evaluación que incluye principios teóricos, indicaciones y contraindicaciones clínicas, objetivos, directrices metodológicas y especificaciones, y el uso característico de determinadas secuencias de procedimiento y técnicas. (2014, p.129). El Método, por su parte, es definido, también por este autor, como un tipo particular de experiencia musical utilizada para la evaluación, tratamiento y/o evaluación. La diferencia entre el método y el modelo es que un método no tiene una orientación teórica particular, mientras que un modelo siempre la implica (Bruscia, 2014) Dado que existen cuatro tipos principales de experiencias musicales: improvisación, re-creación, composición, y receptivas, los métodos se relacionan con estas cuatro experiencias musicales en musicoterapia. Afirma este autor que “cada tipo implica un conjunto diferente de comportamientos sensoriomotores, cada uno requiere diferentes tipos de habilidades perceptivas y cognitivas, cada uno evoca diferentes tipos de emociones y cada uno involucra un proceso interpersonal diferente. Por ello, cada tipo tiene también sus propias potencialidades y aplicaciones terapéuticas” (Bruscia, 2014, p. 127).

J. Edwards, por su parte, discierne entre modelo y abordaje o enfoque en musicoterapia al decir que “un modelo puede considerarse exclusivo de la musicoterapia, y un abordaje es aquel en el que una tradición reconocida de práctica terapéutica o teoría ajena a la musicoterapia se ha integrado en las técnicas y métodos de la musicoterapia” (2016, p. 418)

Retomando las definiciones propuestas por Bruscia podemos entender a los procedimientos como los componentes básicos de una sesión de musicoterapia. Son las diversas operaciones que un terapeuta hace para organizar e implementar el método.  El musicoterapeuta puede utilizar una amplia variedad de técnicas, entendidas éstas como una sola operación o interacción que un terapeuta utiliza para obtener una reacción inmediata del cliente o para dar forma a la experiencia continua e inmediata del cliente. Por lo tanto, una técnica es una operación más pequeña, única dentro de un procedimiento, mientras que un procedimiento puede ser visto como una serie de técnicas. (Bruscia, 2014, pp.128-129).

Algunos de estos modelos de musicoterapia, no todos, se han nutrido de conceptos y nociones del psicoanálisis por lo que es posible encontrar en la bibliografía una dispersión de enunciados que aluden, directa o indirectamente, a las tópicas freudianas y a otras conceptualizaciones como las de transferencia, contratrasferencia, proyección, defensa y resistencia. A tal punto que Stige, siguiendo a Bruscia, con relación a la historia de las ideas en musicoterapia entendidas como “fuerzas” de pensamiento, afirma que la “segunda fuerza reveló las dimensiones inconscientes de la experiencia musical y exploró sus implicaciones para la terapia.” (Bruscia en Stige, p. 541). Mas recientemente pueden encontrarse, a su vez, referencias a las enseñanzas de Lacan.

Desde la perspectiva del psicoanálisis se puede considerar que lo sonoro tiene cierta capacidad de cautivar a los sujetos posicionados fuera de discurso, como lo son, según este marco teórico, el autismo y las psicosis. Esta capacidad de cautivar[1] de las músicas puede entenderse por la estrecha cercanía de ésta con lalengua, un neologismo introducido por Lacan en los años 70 donde se condensan articulo y sustantivo junto con el concepto de laleo del lingüista R. Jakobson (Idiart, 2011; Godoy, 2016), para quien se trata del juego placentero del infans, sin significación con vocales y consonantes (Idiart, 2011, p.130). Característica, la de ser asemántica, que comparte con las experiencias musicales de improvisaciones en musicoterapia.

Según Alves Viana y colaboradores “el neologismo lalangue, se relaciona con la expresión lalation, del latín lallare, que significa "cantar al niño para que se duerma", es posible ver en ese cantar la fórmula de Quinet (2012) para quien “lalengua esta compuesta por significantes de la lengua materna + la música con la que se dijeron”. Esto no se reduce exclusivamente a las canciones de cuna ni arrullos sino, más bien, los incluyen, ya que lalengua “es lo que subyace a la musicalidad de las palabras de cada lengua materna, el juego de entonaciones, ritmos y rimas que comprometen al cuerpo en tanto cuerpo gozante, un paso mas acá del significado” (Idiart, 2015, p.73).

Con respecto a la clínica del autismo desde esta perspectiva, sin desatender la singularidad de cada caso, autores como Laurent, y Tendlarz y Alvarez Bayon, mencionan en una serie de ejemplos clínicos la incidencia de lo sonoro como vía de desplazamiento del neo-borde autista.

Laurent describe en su libro, “La Batalla del Autismo” (2013), cómo en el primer encuentro con el analista el sujeto “se sirve de entrada de dos bloques de madera que forman parte de los juegos de construcción que se le ofrecen: los arroja a través de la habitación, luego selecciona dos que va entrechocando, de tal modo que construye una especie de barrera de protección gestual y sonora. La analista, para abordarlo, se sirve de este esbozo para evocar el ruido en cuestión mediante una vocalización muy tenue, “tin-tin-tin”. Este intercambio dura cierto tiempo”. (2013, p.111). Este primer intercambio ruido-vocalización (2013, p.112) inaugura la serie de circuitos de intercambios posteriores.

Un segundo ejemplo trata del encuentro del bastón inseparable de un niño con la sonoridad de un campanario. Dice LaurentLa fascinación del niño se desplazó hacia el vozarrón del campanario. Luego surgió el interés por las horas que el campanario tocaba regularmente(2013, p.123). Con diferencias entre ambos ejemplos, lo que nos interesa destacar es la presencia de lo sonoro y su relación con el neo-borde como punto de partida para introducir complejidad en su sistema, marcado por la exclusividad del bastón. Una vez aflojado el neo-borde, desplazado, constituye un espacio posible –que no es ni del sujeto ni del Otro– de intercambio y de invención (Laurent, 2013, p. 123).

Por su lado en el libro “¿Que es el autismo?” de S. Tendlarz y P. Alvarez Bayón, los autores describen una situación en la cual una musicoterapeuta pone a disposición de un niño, que se encontraba en “una clara agitación psicomotriz”, una guitara que éste toma, ejecuta y a su vez canturrea. Describen estos autores que: Lo nuevo, lo que se añade en forma sorpresiva, es que el niño, por un breve instante, sale de su encierro, canturrea tocando la guitarra y utilizando algunas sílabas, y sonríe mientras mira a su analista sentado frente a él, que tararea también a su vez (...) Por un breve instante, a través de lo sonoro, el encuentro contingente con la analista desplaza la barrera con que el niño se defiende de la presencia del otro, y aparece entonces la sonrisa, el gusto por lo sonoro y el esbozo rudimentario de un contacto, fulgurante, emergencia que recuerda que el desplazamiento es posible. (2013, p.107).

Resaltamos de estos ejemplos, como veremos enseguida en musicoterapia, la función de lo sonoro y las músicas como posibilitad de desplazamiento, apertura, encuentro e intercambio en la clínica del autismo.

Con relación a esto, diversos enfoques clínicos y conceptuales en musicoterapia sostienen que el proceso musicoterapéutico se inicia a partir de ciertas “sonoridades” o sonidos que produce sujeto. Así, para Modelo de Musicoterapia Creativa, durante el desarrollo de las sesiones “el terapeuta usa una gran variedad de técnicas musicales como reflejar, modelar, imitar, repetir e intercambiar turnos para evocar e implicar los sonidos y ritmos del cliente (Bruscia, 1987 en Hadley 1999, p. 4). Por su parte, Austin (2016), quien desarrolla una perspectiva psicoterapéutica musical centrada principalmente en la voz, expone, entre otras, las técnicas de unísono y reflejar que dan cuenta que las intervenciones del musicoterapeuta en las técnicas así descriptas son en función de una producción sonora del sujeto. Todas estas técnicas descriptas suponen una producción sonora inicial que es la del sujeto.

Gustavo Gauna afirma que “la clínica musicoterapéutica propone construir círculos de comunicación a través de manifestaciones no verbales, lo cual invita al paciente al dialogo sonoro. El musicoterapeuta le devuelve a ese niño un sonido, y/o un gesto para habilitar la interacción, lo cual posibilita que el niño pueda auto-organizarse, o, más aún, pueda convertir esa vivencia en experiencia” (2009, p. 200). También este autor sostiene que “... nos encontramos en la práctica con pacientes-niños cuyas expresiones se observan en un gesto o una intención que no pueden ser sostenidos en forma y tiempo secuencial. Sin embargo, esa expresión es la que el musicoterapeuta valorará como apertura y camino posible para encausar el tratamiento” (Gauna, 2009, p. 200). Concluye destacando que la clínica consiste en “escuchar lo que el niño “trae”, lo que tiene para “decir” y a través de qué formas expresivas” (Gauna, 2009, p. 201)

Este “gesto de apertura”, junto con las técnicas antes descriptas, son a nuestro entender, la manera en que, desde la especificidad disciplinar, se produce cierto desplazamiento del neo-borde y los circuitos de intercambio. Se trataría entonces de la posibilidad de intercambio que resulta a partir de lo sonoro y las músicas en tanto discurso sin palabras en las improvisaciones musicales tal como lo desarrollamos en otro lugar (Gentili, 2020).

 

Referencias

Austin, D (2016) Vocal Psycotherapy: Discovering Yourself through the Voice.  In Edwards, J (Ed.) The Oxford Handbook of Music Therapy (pp.622-638). Oxford University Press.

Alves Viana, B., Rodrigues Furtado, L. A., Araújo Lopes Vieira, C., Stervinou, A. A. M (2017). The musical dimension of lalangue and its effects on the practice with children with autism. Psicología USP vol.28 no.3 São Paulo Sept./Dec. 2017 https://doi.org/10.1590/0103-656420170011

Bruscia, K.  (2014) Defining Music Therapy. Barcelona Publishers

Edwards, J (2016). Approaches and Models of Music Therapy. In Edwards, J (Ed.) The Oxford Handbook of Music Therapy (pp.417-427). Oxford University Press.

Gentili, S. (2021). Invención del encuadre virtual de musicoterapia grupal en posicionamientos fuera de discurso en el contexto de pandemia en el marco institucional. XIII Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología XXVIII Jornadas de Investigación XVII Encuentro de Investigadores en Psicología del MERCOSUR III Encuentro de Investigación de Terapia Ocupacional III Encuentro de Musicoterapia. Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires.

Godoy, Claudio (2016). Las resonancias de lalangue. VIII Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología XXIII Jornadas de Investigación XII Encuentro de Investigadores en Psicología del MERCOSUR. Facultad de Psicología - Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires, 2016.

Gauna, G. (2009): Diagnóstico y abordaje musicoterapéutico en la infancia y niñez. En colaboración con Alejandra Giacobone, Luciana Licastro y Ximena Perea. Argentina: Editorial Koyatun 2009.

Hadley, S (1999). A Comparative Analysis of the Philosophical Underlying Creative Music Therapy and Analytical Music Therapy. The Australian Journal of Music Therapy. Vol. 10, 1999

Idiart, G. (2011). La música como discurso sin palabras y sus consecuencias en la clínica de las psicosis. En Fridman, P. (Comp), Esto lo estoy tocando mañana: música y psicoanálisis (pp. 103-140). San Isidro, Pcia de Bs As: Grama ediciones

Idiart, G (2015). Sobre la espacialidad de la música y la interpretación musical. Un retorno a tiempo. En Cerrutti, N. (Comp.), Música: saberhacer con lalengua (pp. 63-90). Buenos Aires:Letra Viva

Laurent, E. (2013). La Batalla del autismo: de la clínica a la política. Buenos Aires: Grama Ediciones.

Quinet, A (2012) A interpretação: uma arte com ética. Stylus Revista de Psicanálise Rio de Janeiro no. 25 p.53-58 novembro 2012. Recuperado de http://pepsic.bvsalud.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1676-157X2012000200005

Stige, B. (2016) Culture-Centered Music Therapy. In Edwards, J (Ed.) The Oxford Handbook of Music Therapy (pp.538-556). Oxford University Press

Tendlarz, S. E. y Alvarez Bayón, p (2013). ¿Que es el autismo?: Infancia y psicoanálisis. Buenos Aires: Colección Diva

Salud Pública. Ley N° 27153. Ejercicio Profesional de la Musicoterapia.

EXP-UBA: 38,7821201 6. Resolución (CD) No 469/16

https://www.psi.uba.ar/musicoterapia.php?var=academica/carrerasdegrado/musicoterapia/index.php



[1] Un desarrollo mas extenso puede encontrarse en Gentili, S. (2021). Lalengua: Musicalidad en Musicoterapia. XIII Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología XXVIII Jornadas de Investigación XVII Encuentro de Investigadores en Psicología del MERCOSUR III Encuentro de Investigación de Terapia Ocupacional III Encuentro de Musicoterapia. Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires.

 

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