Talleres de E.S.I. con niños/as, adolescentes y familias

  • Agrandar Texto
  • Achicar Texto

El Psicoanálisis tiene la responsabilidad de pensarse de nuevo y crear dispositivos de intervención extramuros que promuevan la producción de subjetividad en contextos donde habitan los niños/as, adolescentes y las familias: las instituciones educativas, de salud y comunitarias, redes vinculares entramadas de manera presencial y/o digital, pre y post pandemia.

La Ley Nacional de Educación Sexual Integral fue un acontecimiento que generó en nosotros (docentes / psicoanalistas) crear y pensar algo nuevo: talleres de sexualidad en los contextos educativos de las escuelas y en espacios sociales, recreativos, de salud. Devinimos un equipo interdisciplinario itinerante entre la Universidad y las instituciones, móvil, que inauguró recorridos académicos y de experiencias compartidas entre psicoanalistas, médica-ginecóloga, docentes y estudiantes pasantes de grado y posgrado.

Como punto de partida de nuestro viaje itinerante hacia diversidad de jardines, escuelas primarias, secundarias y especiales de Capital y de Buenos Aires; armamos un equipaje de herramientas conceptuales y metapsicológicas del Psicoanálisis que aún hoy consideramos vigentes, necesarias, constitutivas de la estructuración psíquica de niños/as y adolescentes.  Con el desafío de que este equipaje en el devenir de cada viaje se saque del fondo de la valija, se use, se ponga en juego, se deconstruya y actualice renovando y reconfirmando su vigencia, en el hacer de un dispositivo en situación.

El año 2020 nos sorprendió el trauma mundial de la pandemia del coronavirus, que puso en jaque nuestras prácticas y nos impuso ser resilientes: afrontar los impactos psíquicos de las angustias de las infancias, adolescencias y familias; intentando revisar y crear de nuevo herramientas conceptuales y de intervención que pudieran navegar las aguas difíciles epocales.

Hoy 2023 ¿con qué equipaje proponemos actuales viajes de Talleres de ESI con niños/as, adolescencias y familias?  

En un mundo líquido, fluido donde todo cambia y nos cambia, no sería de mucha utilidad un equipaje tradicional, ortodoxo como una valija llena de ropa, libros y objetos sólidos.

A un adolescente tal vez le importaría solo llevarse de viaje su celular, con sus infinitas redes de amigos, música, procesos psíquicos digitales…

Un niño/a tal vez pediría llevarse su oso de peluche o juguete preferido, valioso porque condensa lo lúdico, creativo, afectivo y simbólico de la vida psíquica infantil.

Nosotros psicoanalistas, profesionales de la salud ¿qué equipaje conceptual y dispositivos de intervención portamos, deconstruimos y volvemos a crear en cada situación epocal contextual?

Dibujaríamos como una red conceptual que al modo del garabato de Winnicott se vaya trazando de manera informe, creativa, abierta, bajo un movimiento constante de líneas de fuga que pueda ir siendo en cada situación singular. En ese dibujo único y situacional, se entraman:

  •  Una Educación sexual para la subjetivación de niños/as, adolescentes y familias.
  • Los talleres de ESI como dispositivos de intervención.

Las subjetividades son movimientos de producción deseantes, singulares de cada niño/a, adolescente. Vivencias de sentirse vivo, de experienciar la vida. Bien-estar, buen-vivir, calidad de vida, sentirse vivo. La subjetividad es saludable cuando promueve integraciones entre el cuerpo y la vida afectiva, produce y crea sentidos, escenas lúdicas, ficcionales, pensamientos, sueños… recursos transicionales de un jugar y pensar con otros que tienen la marca del propio deseo. 

 Proponemos entonces que la educación sexual es posible en el marco de la subjetivación: creando espacios de talleres que puedan alojarla con hospitalidad.

 Es indiscutible que desde la más temprana infancia los niños/as y adolescentes crecen y producen subjetividad en familia, en la escuela, con los otros y en escenarios múltiples digitales. Saber, conocer, aprender implica producir sentidos, simbolizaciones propias, deseantes. Saber no es solo tener información, sino poder producirlo desde recursos cognitivos y psíquicos: imaginarlo, soñarlo, jugarlo, olerlo, saborearlo. En el tema de la educación sexual… ¿cómo aprendemos lo que es el cuidado del cuerpo? ¿Cómo sabemos lo que es la sexualidad, el amor?

Un bebé enchastrándose con la papilla… un niño jugando con plasticola, témpera o arena… un grupo de adolescentes tirándose harina y huevos por cumplir 15 o por finalizar el colegio… amasados, modelados, dibujos, graffitis, tatuajes, mensajes e imágenes por Instagram y Twitter… múltiples formas de procesamientos psíquicos que usan los niños y adolescentes de hoy para metabolizar experiencias y producir saberes singulares y grupales.

Información no falta, al contrario, hay un exceso, un bombardeo de info que demanda modos deelaboración, modos de procesamiento psíquicos y de producción de pensamiento. Uno de los riesgos actuales es el atiborramiento de información que se consume, pero sin metabolización, sin poder crearle sentidos. Así encontramos muchos niños y adolescentes que tienen mucho y consumen mucho, pero con grandes sensaciones de vacío, aburrimiento, de que nada importa ni tiene sentido. Subjetividades en riesgo de deshidratación psíquica (Bleichmar,2008): llenas de objetos y goces inmediatos que paradojalmente producen un vacío de alimento psíquico. Vacío de funciones como la simbolización, el jugar, el imaginar, el pensar, la capacidad de soñar con otros.

Muchos adultos, padres y formadores, ponen el acento en la preocupación de que los hijos no queden por fuera de la cadena reproductiva y en esta realidad regulada por el sistema de consumo, los medios y la predominancia de lo líquido, veloz y acelerado; priorizan que puedan realizar la mayor cantidad de actividades posibles, recibiendo la mayor información posible.  En contramano, proponemos una educación donde las subjetividades puedan tener tiempo para jugar, simbolizar, producir nutriéndose de pensamientos deseantes y de recursos que generan espesor psíquico.

Subjetividades que preguntan, producen en Talleres de ESI como dispositivos de intervención:

  • Talleres con familias:

Realizando talleres de ESI con familias en CABA, Buenos Aires y provincias del interior del país, nos encontramos compartiendo talleres con padres, hermanos, abuelos, vecinos del barrio que están a cargo de la crianza, parejas nuevas de familias ensambladas, “la novia de una mamá o el novio del papá”, madres adolescentes, padres de un hijo adoptado o procreado por inseminación artificial, grupos familiares inmigrantes, curadores o figuras de apoyo de personas con discapacidad…Todos ellos en su diversidad de realidades sociales y tramas afectivas se sienten convocados y participan con derecho y protagonismo en los talleres de ESI para familias.

Surgen en los encuentros algunas de estas preguntas que disparan a pensar:

“¿A qué edad estaría bien que nuestro hijo duerma solo? ¿Es normal que todavía no vaya solo al baño, o no se vista solo?”

“¿Puede un varón jugar con disfraces de nenas? Mi hijo quiere disfrazarse de Shakira, pero el papá no quiere porque dice que no es de varón.”

  • Talleres con niños/as:

En una escuela primaria se solicita trabajar con un primer grado donde circulan muchas críticas, burlas y agresiones con relación al cuerpo del otro. Luego de ver una escena de la película La Bella y la Bestia, surgen preguntas y construcciones de pensamientos grupales: “La Bestia es primero fea, sucia y bruta porque quiere obligar a la Bella a bajar a comer y la tiene encerrada… Después cambia, se baña y es linda cuando trata bien a la Bella…La Bella es valiente porque se anima a decirle que No, aunque le tiene miedo.

A mí tampoco me gusta que, en mi casa o mis amigos, me obliguen con gritos cuando digo que No.”

  • Talleres con adolescentes:

En una escuela secundaria los de tercer año piden hacer un taller sobre “noviazgos tóxicos”: “Amar mucho a alguien es difícil porque te da celos? ¿cómo separamos el control y la obsesión de la inseguridad? Le espío el celular porque me da miedo cuando mi novia sale con amigas”

En un Centro de Día para jóvenes con discapacidad mental, durante la pandemia en un taller por Zoom preguntan: “¿Por qué no podemos vernos ahora presencial? ¿Cuándo voy a poder abrazar y darle un beso a mi novia sin barbijo?”

Proponemos entonces al Taller de ESI como un dispositivo, un territorio de producción psíquica, intra e intersubjetiva. No se reduce a una técnica ni a una charla donde se brinda información. Implica el tejido de un espacio donde subjetividades producen una experiencia singular/compartida desordenada, informe, donde circula potencialidad lúdica deseante. Se producen saberes enraizados a las experiencias infantiles y adolescentes con la sexualidad y el crecimiento.

El dispositivo del taller devino un hallazgo que entrama los trabajos psíquicos del crecimiento en una grupalidad, creando un espacio intermediario donde habita el jugar, la intersubjetividad y lo epocal. Nuestra mirada teórica, nuestro tipo de abordaje y el dispositivo creado persiguen mediante la promoción lúdica de experiencias generar espacios y tiempos con función subjetivante con relación a una sexualidad saludable.

 

Bibliografía:

Bleichmar, S. (2005) La subjetividad en riesgo, Buenos Aires, Topia editorial.

Rodulfo, R. (2004) El Psicoanálisis de nuevo. Ed Eudeba.

                   (2012) Los lugares donde se trama la subjetivación. En Revista Generaciones. Pensar niños/as- adolescentes-familias. Buenos Aires. Eudeba.

Soler, M. - Lepka, M. y otros. 2016. Pensando la sexualidad en la escuela: de las ideas al aula.  De ¿Qué diría Víctor Hugo? Buenos Aires.

Winnicott, D. (1979) Escritos de pediatría y psicoanálisis. Barcelona: Laia.

                        (1986(1970)). Realidad y juego.Buenos Aires. Gedisa.

Revista Electrónica de la Facultad de Psicología - UBA | 2011 Todos los derechos reservados
ISSN 1853-9793
Dirección: Hipólito Yrigoyen 3242, Piso 3º - (1207) CABA | Teléfonos: 4931-6900 / 4957-1210 | e-mail: intersecciones@psi.uba.ar