Silencio hospital. La materialización del biosujeto
Martes 01 de Octubre de 2013 17:17
Bruno Bonoris
En el siguiente escrito se relata un caso en el trabajo de interconsulta desde el punto de vista del psicólogo tratante. A partir de la narrativa en primera persona se pretende revisar no sólo los sentimientos y pensamientos del autor, sino también las reflexiones teóricas que surgen a partir del encuentro con la relación médico-paciente en el dispositivo de interconsulta. Con este fin se utilizan las elaboraciones de M. Foucault y J. Butler sobre el biopoder y la producción de subjetividades hasta hace poco inéditas.
Siempre pienso en la misma imagen mientras camino por los pasillos del hospital. No recuerdo haberla observado, por lo tanto no puedo confirmar si es producto de mis ensueños diurnos o una representación reprimida que se muestra desfigurada en mi conciencia. El hecho es que siempre me acuerdo de ella: es una mujer joven, de unos treinta años; tiene los ojos exageradamente abiertos y el pelo negro recogido bajo un sombrero blanco con forma de barco de papel. Por último, su boca, que parece a punto de silbar, se cruza cautelosamente con un dedo índice que pide silencio: por favor, cállese.
Esta “amena” prohibición parece —por lo menos en primera instancia— justificada. Los hospitales son sitios muy alborotados. El permanente murmullo de los peatones hospitalarios, el semitonal y agudísimo ruido de las ambulancias que vienen y van, el sonido uniforme de los viejos respiradores artificiales, y el gruñir, a veces agonizante, de los enfermos, forman un cuadro, por momentos patético y ensordecedor. Desde esta perspectiva la foto de una bonita enfermera solicitándonos amablemente silencio no debería molestar a nadie. Los enfermos deben descansar, nos dicen, deben permanecer acostados, tranquilos y en silencio. De eso se trata la clínica, la klinike: mantener a los pacientes en su cama, sin que nada ni nadie los fastidie.
Sin embargo, esta imagen que ya no descansa en ninguna pared pero que forma parte de nuestras representaciones compartidas me disgusta, me incomoda, me inquieta. ¿Qué nos está pidiendo la enfermera cuando nos convoca al silencio? ¿A quién se lo pide? La imagen se presentifica, la mirada de la joven me interpela y con un efecto pseudoalucinatorio se transforma en un interrogante; es entonces cuando me veo siendo visto y me pregunto qué significa ese “silencio hospital”.
El problema no tardó en desplegarse
Tenía que ir a visitar a un paciente que se encontraba internado por un carcinoma y que cursaba un episodio depresivo; así lo describía, en una receta pequeña e ilegible, el médico tratante.
En principio elegí desconfiar del diagnóstico psicológico por el cual me habían consultado. En verdad, lo hago invariablemente; nominaciones como depresión, ansiedad, psicosis, angustia, etc. suelen ser demasiado vagas y poco significativas a la hora de resolver un problema complejo. No contaba con muchos más datos, exceptuando el nombre, la edad y la cama.
Este tipo de situaciones son habituales en el trabajo de interconsulta: información mutilada, mensajes interrumpidos, partes de un rompecabezas que difícilmente podamos llegar a completar. Y si de un puzzle se trata, siempre es bueno comenzar por los márgenes, por las marginalidades.
Entré a la sala y observé con detenimiento las dos hileras de camas blancas que se extendían hasta casi perderse de vista. El paisaje era anticuado y sobrio, mejor dicho, austero: estaban los catres con el suero al lado y una pequeña mesa “multiuso”. En el medio de la sala había un gran tablón de madera plastificada donde médicos y enfermeros evolucionaban las historias clínicas, y por último, un viejísimo placar cerrado con candando en donde estaban los fármacos más importantes. El marco del cuadro, es decir, las paredes de la sala, eran de cerámico celeste.
Era muy temprano por la mañana y algunos de los pacientes desayunaban té en un vaso descartable y lo acompañaban con galletitas de agua; otros, dormían profundamente o parecían perdidos en sus propios pensamientos, como si estuviesen realmente en otro lado. Todos estaban en silencio, el ruido de la sala parecía no importunarlos, no existía comunicación entre ellos pese a su proximidad física. Muchos se encontraban desnudos y no parecía importarles mostrarse de ese modo ante los visitantes, sea cual fuere su género. Pensé que el acostumbramiento a la falta de privacidad había arrebatado el pudor de los pacientes; pensé también que la habituación, la repetición incansable, puede llevárselo todo. Pensé eso y sentí una gran tristeza. Quizá a este sentimiento alguien lo hubiese llamado depresión, por eso no confío en el diagnóstico por telegrama.
Luego busqué en los carteles que se encontraban arriba de las camas el número que coincidiera con el de mi paciente, lo encontré y vi a lo lejos un grupo de médicos reunidos alrededor suyo. Me acerqué a ellos pero preferí no interrumpir, ya que estaban realizando el pase de sala. Un hombre mayor, vestido muy elegantemente, se dirigía a los jóvenes médicos y les explicaba con evidente autoridad el padecimiento de ese hombre que se encontraba apenas a unos centímetros. Los residentes escuchaban concentrados al longevo doctor y escribían, como si les estuviera dictando. No notaban mi extranjera presencia, ni la del paciente, que miraba hacia el lado opuesto, respirando con dificultad. Nunca se dirigieron a él, no hubo palabras, ni miradas, ni contacto. El cuerpo tendido del paciente era para ellos una historia clínica, el resultado de un laboratorio, las imágenes de una radiografía, texto muerto. El paciente tampoco se dirigió a ellos. Tuve la extraña sensación de haber reunido en una misma imagen dos escenas que en la realidad se encontraban a kilómetros de distancia, una condensación freudiana de un mal sueño.
Pero en verdad no se trataba de un cuerpo invisible, no era un problema perceptivo; era más bien la presencia de un cuerpo vivo pero no vital, un saco de órganos, una entidad insensible, un objeto no humano.
Al terminar el discurso, el clínico caminó unos pocos pasos hacia la próxima cama y los jóvenes residentes lo imitaron. El paciente no se inmutó y continuó con la mirada ausente sobre la pared de cerámicos celestes. Yo me detuve por un instante para preguntarme cómo había sido posible la materialización de unos cuerpos sin voz, sin mirada, sin escucha. Comprendí que estos médicos (y probablemente muchos más) trabajaban con sujetos sin historia, sin significaciones, sin sentimientos; sujetos-órgano, biosujetos, cuerpos impensables, abyectos, invivibles,cuerposque son el límite mismo de la inteligibilidad y el exterior constitutivo de los otros cuerpos (Butler, 2008), el mío y el de los médicos.
¿Cómo había sido posible la naturalización de un contrato así?, ¿por qué los médicos ignoraban al que yacía enfrente suyo?, ¿por qué el paciente no se enfurecía y emprendía una queja radical frente a esa indiferencia?, ¿cómo se había conformado esa relación “silenciosa” entre ambos participantes de la escena?
En definitiva: ¿cómo funciona el poder que efectúa la materialización del biosujeto?, ¿se trata de la posesión de un bien por parte de los médicos y a partir del cual ejercen el dominio de los pacientes?
No pienso sostener aquí la ridícula idea de que los médicos se han deshumanizado con el paso del tiempo. Atribuirles una falta de sensibilidad clínica y acusarlos de apatía moral sólo obstaculiza la vía hacia una respuesta sensata. Si los médicos ignoran un gran aspecto de la salud de sus pacientes no es porque sean necios, desinteresados o perezosos; simplemente no pueden visibilizar el problema. Al igual que sus pacientes, los médicos son el resultado de prácticas discursivas y perceptivas que los fundan, y que ellos mismos reproducen sin saberlo.
En definitiva, los médicos no poseen el poder sobre sus pacientes. El poder no es un atributo capaz de poseerse, no puede ser pensado en términos de sustancia o cualidad; el poder es una forma de relación, y su funcionamiento no tiene un carácter limitante o represivo, es más bien una realidad positiva que, enlazada con el saber, produce subjetividades y dispone de los cuerpos favoreciendo conductas en su potencialidad o virtualidad; no se actúa sobre el otro sino sobre sus acciones (Foucault, 2008). Butler afirma que “no hay ningún poder que actúe, sólo hay actuación reiterada que se hace poder en virtud de su persistencia e inestabilidad” (2008, p.28), la materialidad de los cuerpos sólo se construye por medio de la repetición ritualizada de normas, a través del poder reiterativo del discurso y de prácticas no discursivas para producir los fenómenos que regula e impone. “Los cuerpos sólo surgen, sólo perduran, sólo viven dentro de las limitaciones productivas de ciertos esquemas reguladores en alto grado generalizados” (Butler, 2008, p.14). Y estas restricciones producen la distinción de los cuerpos que importan de los que no importan, los inteligibles de los ininteligibles, los de adentro de los de afuera, los del centro de los que están en los márgenes, los humanos de los inhumanos.
Es que una bacteria o un virus, un hígado o un pulmón, o la mismísima piel que pretendidamente lo delimita, no es el cuerpo humano. Es organismo, es biología pura, es carne (de cañón), es vida reducida al funcionamiento de un músculo que bombea sangre o a conexiones sinápticas de una red neuronal.
Quizá se trate del paroxismo del biopoder, el ejercicio del poder que tiene por objeto la vida biológica del hombre, ese “conjunto de mecanismos por medio de los cuales aquello, que en la especie humana, constituye sus rasgos biológicos fundamentales podrá ser parte de una política” (Foucault, 2006, p.15). Un “hacer vivir” como fin sin medios, sin significaciones y, finalmente, sin padecimiento subjetivo. Un organismo reacciona, responde, pero no habla; y por ello el silencio, otra vez el silencio, el mismo que me invadió cuando fui testigo de la escena que disparó estas asociaciones.
Pero “los cuerpos nunca acatan enteramente las normas mediante las cuales se impone su materialización” (Butler, 2008, p.18). En el proceso de producción existen posibilidades de rematerialización de los cuerpos. Algunas grietas, aperturas, permiten producir nuevas articulaciones que resistan a la hegemonía de las leyes reguladoras que crean al biosujeto. ¿Será ese mi trabajo como interconsultor psicológico? No es eso lo que se me pide, aún así, esta parece ser un labor acertada.
Me acerqué a la cama, llamé al paciente por su nombre, e interrumpí la perplejidad en la que parecía sumido. Puso sus ojos desorbitados sobre mí e hizo un leve gesto como aceptando la invitación. Le pregunté por qué estaba internado y si sabía su diagnóstico. Me respondió que no estaba seguro, que lo estaban estudiando y que los médicos le habían realizado muchos exámenes. Le pregunté qué tipo de exámenes, pero no supo responderme. Me dijo que se sentía incómodo y triste, y que deseaba con urgencia regresar a su casa. Me pregunté por qué este hombre no se preguntaba lo mismo que yo, cómo podía ser posible que no tuviera una rabiosa curiosidad por saber acerca de su sufrimiento, y si la tenía, por qué no la manifestaba. Luego recordé la habituación, la repetición forzada del las relaciones de mutismo y de custodia de la información que constituían la dupla médico-paciente (y probablemente muchas más duplas y redes de relaciones en múltiples instancias).
Recordé, esta vez voluntariamente, la imagen de la joven enfermera que solicitaba silencio, y pensé que era una buena idea colgar en las paredes de los hospitales réplicas del cuadro “El grito” de Munch. Tal vez el silencio es ese ruido mudo que se precipita allí donde el grito produce un abismo (Lacan, 2011).
Conversé con el paciente durante media hora. Me contó sintéticamente sobre algunos pilares de su vida: su familia, su trabajo y su malestar físico. Le dije que era importante que hablara con sus médicos, que les preguntase sobre su diagnóstico y su enfermedad, si así lo deseaba. También le prometí que hablaría con ellos y que les pediría que intentaran transmitirle lo más fácilmente posible sobre los procedimientos que le realizaban y sobre su pronóstico.
Luego me fui con el compromiso de retornar en los próximos días y con la firme creencia de que los problemas complejos a veces pueden tener un principio de solución sencillo. Finalmente, al biosujeto, a ese cuerpo desdichado, a ese organismo silencioso, se lo embiste con la palabra. Frente al silencio hospital, un grito de sentido. Y eso no es suficiente, pero es necesario.
Referencias bibliográficas
BUTLER, J. (2007). El género en disputa: el feminismo y la subversión de la identidad. Paidós, Barcelona, España.
BUTLER, J. (2008). Cuerpos que importan: sobre los límites materiales y discursivos del "sexo". Paidós, Buenos Aires, Argentina.
FOUCAULT, M. (2000). Defender la sociedad. Curso en el Collège de France (1975-1976). Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, Argentina.
FOUCAULT, M. (2006). Seguridad, territorio, población. Curso en el Collège de France (1977-1978). Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, Argentina.
FOUCAULT, M. (2008). Historia de la sexualidad 1: la voluntad de saber. Siglo XXI Editores Argentina, Buenos Aires, Argentina.
LACAN, J (2011). El Seminario, libro XII: Problemas cruciales para el psicoanálisis. Versión electrónica en Lacan Textual Versión 3.1.2
Bruno J. Bonoris. Licenciado en Psicología. Residencia completa en Psicología Clínica del Hospital Ramos Mejía. Miembro de Apertura Sociedad Psicoanalítica. Maestrando en Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires. Docente de Psicopatología Cátedra II, Universidad de Buenos Aires. Investigador tesista en el proyecto UBACyT: La libertad en psicoanálisis. Su incidencia en la concepción de sujeto y la causalidad en la obra de J. Lacan. Consecuencias clínicas y éticas. Código SIGEVA: 20020110200143. Desde el 01-07-2012 hasta 30-06-2014. Director del proyecto: Pablo Muñoz.
Última actualización el Jueves 28 de Noviembre de 2013 15:53
Viajes quietos: escritos desde el psicoanálisis
Viernes 26 de Septiembre de 2014 15:52
Margarita Scotta
Uno de los primeros títulos de la flamante editorial rosarina Co-lectora reúne diversos artículos para diarios, reescrituras, apuntes de casos, reflexiones y preguntas de Margarita Scotta, psicoanalista y escritora, autora también del libro El amante y sus metáforas.
Viajes quietos no es un libro que uno pueda escribir de una sentada: es una antología personal que recoge el trabajo minucioso de una psicoanalista inspirada, que se deja inspirar por Freud, por los problemas de Freud, por el cuidado de la prosa y el cultivo del estilo, es el testimonio de una vida, de un viaje, dedicado a la lectura, la clínica y la escritura. Es un libro cuidadosamente editado donde la pregunta por lo femenino aparece desplegada en toda su potencia: lo femenino como inspiración, la mujeres como causa del deseo freudiano y Freud como musa de la psicoanalista Margarita Scotta, que usa a Lacan sin pleitesía para hacer una lectura de Freud caudalosa como el Paraná, entre remansos y correntadas, siempre fresca, original. No faltan en este libro las preguntas geniales, fértiles, alegres sin ingenuidad o para decirlo con William Blake, de una segunda inocencia.
Algunas preguntas que podemos encontrar escritas a lo largo de Viajes quietos:
"¿Por qué será necesario pasar por el amor para entender lo que sucede en la transferencia psicoanalítica? ¿Qué pasó que la virginidad ya no se vive como pérdida y menos aún como ganancia? ¿Por qué el saber popular otorga a las mujeres la capacidad de la intuición, que siempre es femenina? ¿Habrá tantas formas de amar como mujeres en el mundo? ¿Habrá que darle la razón a Lacan cuando dice que lo que se ama es la debilidad del otro? ¿Qué tendrán que ver aquellas pacientes de Freud, jóvenes esposas irritadas y malhumoradas hasta a violencia a pesar de su estable vida conyugal conseguida, con mi paciente de estos tiempos, de vida bohemia y aparentemente desprejuiciada? ¿Por qué el ser hablante debería organizar una defensa frente a lo que desea? ¿Por qué Freud no abre capítulos especiales a los que podría haber titulado 'la sexualidad masculina'? ¿Qué quedo del cuerpo sin las exigencias de los otros días de la semana? ¿Qué atmósfera respira el alma cuando no está bajo los imperativos del Lunes, del Martes, del Miércoles, del Jueves, del Viernes? ¿Se enfrentará un mínimo duelo por lo que irremediablemente concluye? ¿Qué es lo que hace que una narración tenga un efecto siniestro? ¿Por qué razones destruiríamos lo amado?"
Matías Laje
Rosario: Co-lectora, 2014
Este libro será presentado a fines de noviembre de 2014 en la Facultad de Psicología - UBA, en la presentación de Co-lectora Editorial en el marco del VI Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología, XXI Jornadas de Investigación y Décimo Encuentro de Investigadores en Psicología del MERCOSUR.
Última actualización el Jueves 02 de Octubre de 2014 18:38
Psicología y Ambiente. ¿Cómo puede contribuir la psicología a los desafíos del desarrollo sustentable?
Viernes 11 de Marzo de 2016 19:05
Gabriela L. Cassullo, Romina Caballero, Clementina Colombo, Jésica Favara, Irene Rusca, Laura Peralta y Beatriz Gresia
En nuestra vida cotidiana es cada vez más evidente el atravesamiento de las cuestiones ambientales en la mayoría de los ámbitos en los cuales las personas se encuentran insertas. La introducción de contenidos ambientales en los diversos niveles educativos, el amplio tratamiento en los medios de comunicación social, el influyente papel de los movimientos sociales ecologistas, la creciente preocupación por un consumo ecológicamente responsable, la protección de extensos espacios naturales, o las campañas institucionales para la adopción de comportamientos sociales respetuosos en la conservación de un recurso natural o en la mejora de la calidad ambiental de nuestra comunidad, pueden ser algunos ejemplos significativos de esta afirmación. Consecuentemente en las últimas décadas la preocupación por el deterioro progresivo del ambiente ha ocupado el centro de las investigaciones en el marco de diversas disciplinas. El estudio de las conductas ecológicas constituye hoy un tópico de gran trascendencia científica, social y política, dado que el daño ambiental está directa o indirectamente vinculado al comportamiento de los ciudadanos. En este sentido la responsabilidad de cada uno en la protección del ambiente constituye una preocupación sustantiva en las políticas ambientales y en las políticas universitarias. Es así que se plantea la necesidad, tal como León (2005) lo plantea, de un abordaje del tema a través de intervenciones e investigaciones que incluyan la relación entre diferentes niveles educativos, en nuestro caso la universidad, el medio ambiente y la educación ambiental. Las universidades deberían asumir un rol más activo ante la problemática ambiental, incorporando la educación ambiental como temática disciplinar transversal en toda formación superior.
¿Qué puede aportar la psicología a los desafíos del desarrollo sustentable?
Es mucho lo que la psicología, especialmente la Psicología Ambiental (PA) puede contribuir al campo del desarrollo sustentable, al enfocar su estudio en el ambiente entendido desde un carácter sociofísico. Aragonés y Amérigo (2010) sostienen que se trata de analizar la conducta en los escenarios en donde tiene lugar: edificios, hospitales, clases, calles, medios de transporte, parques, espacios naturales o cualquier otro lugar que las personas ocupen. Han sido numerosos los autores (Proshansky, 1976; Lee, 1976; Holahan, 1982; Stokols & Altman, 1987; Valera, 1996; Gifford, 2007; Moser, 2009) que la han conceptualizado, presentando elementos en común en sus definiciones. En algunas se destaca la valoración de los aspectos intrapersonales; en otras la interrelación o influencias interactivas recíprocas admitiendo una bidireccionalidad entre la persona y el ambiente; otros autores focalizan sobre el tipo de ambiente bajo estudio, pudiendo ser construido o natural. En síntesis, según Aragonés y Amérigo (2010) se puede definir la PA como la disciplina que pone el énfasis en el estudio de las relaciones entre la conducta humana y el ambiente físico, tanto natural como construido. Se suma a su vez el carácter internacional de los desarrollos de la PA que según Stokols (1995, 1997) a cada nicho ecológico o área geográfica le corresponde un tema de desarrollo. Hace dos décadas este autor ya planteaba como temas futuros de estudio de la PA las dimensiones psicológicas de la contaminación ambiental y del cambio global, los brotes de violencia en los niveles regionales e internacionales, el impacto de los cambios tecnológicos en el mundo del trabajo y en la vida familiar, las estrategias fundamentadas en el ambiente para la promoción de la salud comunitaria, y las implicaciones del aumento de la edad media de la población en el diseño ambiental y en la planificación comunitaria. En el 2016 estos temas, objeto de estudio y de preocupación, siguen estando vigentes enmarcándose en términos generales bajo el concepto de desarrollo sustentable.
En el Informe sobre nuestro futuro común de la World Commission on Environment and Development (1987- 1988) el desarrollo sustentable es definido como el proceso por el cual se busca satisfacer nuestras necesidades actuales sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer las suyas.
Pol (2002) entiende a la sostenibilidad (o sustentabilidad) como un concepto que presupone la solidaridad de dos tipos: intra – generaciones, un concepto bien amplio de justicia social basado en una estructura económica equitativa y en el respeto del ambiente; e inter-generaciones, la consolidación de una calidad de vida a un ritmo que respeta las limitaciones de los recursos naturales. Como no es posible mantener los actuales patrones de la sociedad de consumo occidental, y extenderlos para el resto del mundo, esa calidad de vida tendría que estar basada, no en la defensa de privilegios adquiridos ni en la acumulación de la riqueza, sino en un equilibrio social y ambiental fundado en la solidaridad y en la equidad.
El desarrollo sustentable o sostenible está estrechamente ligado a las conductas sustentables que las personas llevan adelante y que vienen configuradas por acciones individuales específicas, relacionadas con intereses como el ahorro de recursos limitados, el consumo y reciclaje de productos ecológicos, el control de la contaminación o la reducción de residuos ( Blas & Aragonés, 1986)
En la conceptualización de ambientes de Víctor Corral Verdugo (2015) para que se constituyan en ambientes positivos no alcanza con brindar bienestar a las personas sino que hay que pedirles también conductas sustentables. Estas son definidas como conjunto de acciones efectivas, deliberadas y anticipadas que resultan en la preservación de los recursos naturales, incluyendo la integridad de las especies animales y vegetales, así como en el bienestar individual y social de las generaciones humanas actuales y futuras (Corral Verdugo & Pinheiro, 2004).
La investigación en torno a este tema fue desarrollando formulaciones teóricas y propuestas metodológicas que avanzan en la comprensión de cómo los seres humanos se enfrentan a la problemática medioambiental. Es de destacar que los estudios de las conductas protectoras del ambiente se han dado mayoritariamente en el marco de la PA, abordando el contenido de las actitudes hacia la preocupación ambiental como aspecto relevante si se considera a ésta como el fundamento de la conducta proambiental.
Siguiendo la teorización antropocéntrica y ecocéntrica de Thompson y Barton (1994) los motivos que las personas exponen a la hora de proteger el ambiente se concentran en dos tipos de discurso: un perfil antropocéntrico para las personas vinculado a la necesidad de preservar el ambiente debido a su contribución a la calidad de la vida humana; y un perfil con valoración ecocéntrica que caracteriza a las personas que valoran el ambiente natural, la naturaleza por sí misma.
La relación entre las conductas proambientales, como gestión de residuos, la eficiencia energética, el consumo ecológico y el activismo ambiental y la implicación personal en la ejecución de las mismas, donde un aumento de la conciencia hacia las cuestiones ambientales, y muy particularmente la reducción de actitudes apáticas, redundaría en un aumento de las conductas protectoras del medio ambiente (Amérigo & García, 2014).
Considerando el recorrido teórico desarrollado hasta aquí, se presenta elPrograma Psicoverdede la Secretaría de Extensión de Facultad de Psicología, UBA implementado en nuestra Facultad a fines de 2013, en el marco de UBA Verde, de la Secretaría de Extensión Universitaria y Bienestar Estudiantil de la Universidad de Buenos Aires. A través de Psicoverde se propone un sistema de separación de residuos en origen en la cual todos los actores (docentes, no docentes y alumnos) de nuestra Facultad estamos comprometidos. A partir de la separación de los residuos (en secos y orgánicos), representantes de las Cooperativas de Recuperadores Urbanos que corresponden a la zona de nuestras dos sedes retiran semanalmente los bolsones con los residuos separados para ser luego reciclados. El reciclaje de materiales implica la separación y recolección selectiva de éstos, y su posterior acondicionamiento para su reutilización, procesamiento y transformación en nuevos productos. Es internacionalmente aceptado debido a que reduce la demanda de recursos y la cantidad de residuos que deben ser dispuestos en rellenos sanitarios.
Los beneficios que traen la separación y reciclaje son: menor contaminación del ambiente; mayor inclusión social (se benefician a recuperadores urbanos y sus familias con el aumento de sus ingresos y condiciones de trabajo más dignas y seguras) mayor cuidado de los recursos (los materiales recuperados se reinsertan en el sistema productivo como materia prima) y efecto multiplicador (con su ejemplo, la Universidad de Buenos Aires aporta a la educación ambiental y cambio cultural.)
La misión del Programa UBA Verde es trabajar en acciones de concientización, investigación y capacitación en temas relacionados con la protección ambiental, en cooperación, con otras instituciones de educación superior del país y la región en el desarrollo de actividades que promuevan acciones a favor del cuidado del medioambiente. Todo esto con el fin de: colaborar en la reducción de la cantidad de residuos de disposición final que llegan al relleno sanitario, contribuyendo a: mejorar las condiciones del ambiente, el uso de recursos naturales y la inclusión social; generar redes con universidades nacionales e internacionales que realicen gestión ambiental; generar documentos que den a conocer los beneficios de la separación en origen; capacitar al personal docente, no docente y alumnos de la universidad; fortalecer el vínculo con las cooperativas de recuperadores urbanos y generar acciones en común; trabajar transversalmente con otros programas de extensión de UBA.
En el marco del Programa Psicoverde, anualmente se llevan adelante diversas actividades con fines de difusión, concientización y capacitación. También se realizan estudios de seguimiento, considerados indispensables para su evaluación y valoración que brindan valiosa información a partir de la cual se tiende a ajustar, mejorar y repensar la aplicación de nuevas técnicas en su funcionamiento, considerando principalmente a los diferentes actores intervinientes, docentes, no docentes, alumnos e integrantes de la Cooperativa de Recuperadores Urbanos.
En uno de los estudios realizados en el año 2014 con 364 participantes, entre docentes y estudiantes de nuestra casa de estudios se analizaron tanto los motivos de acuerdo con el Programa como los de separación de residuos. La categorización realizada de las respuestas dadas permite identificar al programa en términos generales como “cuidador, defensor, protector y creador” al generar conciencia, facilitar los comportamientos y hábitos, la higiene y limpieza, ser un aporte a la comunidad y constituirse en una práctica relevante para la formación profesional: área de vacancia; rol del psicólogo; educación ambiental. Respecto de los motivos por los cuales separar los residuos, argumentan lo siguiente: “ es una ayuda a los cartoneros, a la gente que lo necesita; se constituye en una actitud solidaria con gente que recicla, ya que los materiales vuelven al circuito productivo; el planeta es de todos y parte de nosotros; se puede hacer compost; no cuesta nada; es una responsabilidad social, el cambio debe empezar individualmente, soy parte de la universidad; es un hábito / costumbre (desde el hogar – otros ámbitos); porque están facilitados los dos tachos…”.
Finalmente, y a modo de conclusión en este artículo se ha puesto de manifiesto la contribución de la PA al campo del desarrollo sustentable, en particular con el estudio las conductas proambientales, como lo es la gestión de residuos con la separación en origen.
Blas y Aragonés, J.I. (1986). Conducta ecológica responsable: la conservación de la energía. En F.J. Burillo y J.I. Aragonés (eds.) Introducción a la psicología ambiental. Madrid: Alianza Psicológica.
Amérigo, M., & García, J. (2014). “Perspectivas multidimensionales de la preocupación por el medio ambiente. Relación entre dimensiones actitudinales y comportamientos”. Psico 45 (3), 406-414.
4. Corral Verdugo, V.; Frías, M.; Gaxiola, J.; Fraijo, B.; Tapia, C., & Corral, N. (2015). Ambientes positivos. Ideando entornos sostenibles para el bienestar humano y la calidad ambiental. México: Pearson.
Corral Verdugo, V., & Pinheiro, J. (2004). “Aproximaciones al estudio de la conducta sustentable”. Medio ambiente y comportamiento humano, 5 (1 y 2), 1-26.
Gifford, R. (2007). Environmental Psychology. Principles and Practice. Boston: Allyn and Bacon.
7. Holahan, C.J. (1982). Environmental Psychology. Nueva York: Random House.
Lee, T.R. (1976). Psychology and the environment, Londres, Menthuen y Co. Ltd.
León, C. L. (2005). Programa Director de Educación Ambiental para La Universidad Nacional Experimental de Guayana. Tesis No Publicada para optar al grado
científico de Doctora en Ciencias de la Educación, Universidad de La Habana,
La Habana.
11. Moser, G. (2009). Psychologie environnementale, Bruselas: Groupe De Boeck.
12. Pol, E. (2002). “The theoretical background of the city-identity- sustainability Network”, Environment and behavior, 41(1), 8-25.
13. Proshansky, H.M. (1976). “Environmental Psychology and real world”. American Psychologist, 31, 303-310.
14. Stokols, D., & Altman, I. (1987). Introduction. En D. Stokols e I. Altman (eds.) Handbook of Environmental Psychology, Vol. 1, pp 1-4. New York: John Wiley & Sons.
15. Thompson, S. C. G., & Barton, M. (1994). “Ecocentric and anthropocentric attitudes toward the environment”. Journal of Environmental Psychology, 14, 149-157.
16. Valera, S. (1996). Psicología ambiental: Bases teóricas y epistemológicas. En l. Iñiguez y E. Pol (comps) Cognición, representación y apropiación del espacio. Barcelona: Universitat de Barcelona.
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Última actualización el Lunes 16 de Mayo de 2016 15:23
Psicología en Filosofía y Letras: La noche de los bastones largos
Lunes 27 de Junio de 2016 18:38
Lucía Rossi
Parte I:
Un diálogo entre documentos permite contrapuntear la relación entre el golpe militar de Onganía y la Universidad de Buenos Aires: ni bien el Golpe, ese día a las 4 de la mañana el Rector H. Fernández Long, avalado por el Consejo Superior, reclama el regreso a la vigencia de la constitución nacional y la llama a la defensa de la universidad y su autonomía (29-06-66). En julio, el 28, la Universidad en un nuevo documento se expide sobre la defensa de su autonomía: elección de sus autoridades según estatuto universitario y necesidad de libertad de pensamiento y de ideas para su funcionamiento.
El 29 se conoce el artículo 5º del Estatuto de la Revolución que conmina a las autoridades universitarias a subordinarse a las directivas del Ministerio de Educación y a limitar sus procederes a lo administrativo. Al día siguiente -antes de cumplirse las 48 horas- cuando las facultades en asamblea estaban deliberando qué posición tomar frente a esta resolución, la Policía Federal, también intervenida por el ejército, las desaloja por la fuerza. La intervención comienza esa noche en la Facultad de Exactas y de Arquitectura, situadas en Perú 222, Manzana de las Luces y luego se dirigen a la de Filosofía y Letras, Independencia 3065. La represión tuvo una intencionalidad deliberadamente humillante.
Cinco fueron: sumemos Farmacia e Ingeniería. El mapa de Facultades de UBA afectadas es muy variado: algunas muy afectadas, otras parcialmente, y un grupo menor no fue afectado. Los diarios registran detenciones, cierres y, a posteriori, renuncias masivas. Esa noche en Exactas y Arquitectura fueron desalojados profesores y estudiantes pasando por una doble fila de policías. Golpeados al salir con bastones largos (no son los comunes, son los de infantería). Hubo heridos y la denuncia del Decano de Exactas Rolando García a la Policía Federal (Archivo Histórico Virtual, para la consulta directa de todos estos documentos).
¿Porque una relación tan tensa? Antecedentes inmediatos: en el Acto del día del ejército -frente a la estatua a Roca en Diagonal Sur frente a la sede de Exactas- hubo abucheos y silbatinas de estudiantes que se manifestaron en contra. Dos miradas: la Universidad es la que en 1958 el Rector Risieri Frondizi -hermano del Presidente en ese momento- normaliza. Esto es, regresa al funcionamiento estatutario: elecciones de los tres claustros: profesores, graduados y estudiantes conforman las autoridades de las Facultades y de la Universidad. Como hoy. Al desencadenarse los concursos se regulariza el claustro de Profesores.
En Filosofía y Letras se crean tres nuevas carreras: Ciencias de la Educación, Sociología y la nuestra, Psicología. Estas dos últimas las más desafiantes y de moda; nuevos actores: como profesores, psicoanalistas de APA; psiquiatras reflexólogos. Nuevas ideas y nuevas tendencias políticas. Esta universidad es la que está en marcha y está vigente cuando asume la presidencia Illia. En el mapa de la UBA, la Facultad de Filosofía y Letras -incluye a Psicología y Sociología; viene de funcionar en Viamonte y Reconquista, próxima al Rectorado como hoy pero también cerca del Di Tella. Recién en 1965 llegan a Independencia 3065. Los primeros egresados refieren a Viamonte, el Bar Cotto de Florida y Viamonte. En 1964; en Independencia, se filma Crónica para un Niño solo de Leonardo Favio mientras el edificio es reacondicionado.
Un evento me llamó la atención; Gregorio Klimovsky -Profesor de Exactas- comenta en un reportaje que ante la inminente invasión a Santo Domingo, una delegación de universitarios había pedido audiencia al Presidente Illia para explicar los motivos de la no-intervención. El Presidente Illia, permeable a la argumentación de la soberanía de los estados; se abstiene de enviar tropas. La vieja generación escucha a la nueva: ¿se deja influenciar peligrosamente? Vemos la escena antecedente: Cuba; la Guerrilla de Taco Ralo; la exclusión en ambas elecciones del peronismo y se esboza un peligroso peronismo sin perón en el ala sindical que agrega tensión detonante, Vandor de la UOM; la llegada del Che a Punta del Este. El Ejército mirando de afuera -responsable del Plan Cóndor- que nuevamente le adjudica un rol de disciplinar la sociedad. ¿Dos generaciones enfrentadas? Había un enfrentamiento generacional. Si se suman factores económicos, algunas consultas diversas hablan del problema de los Laboratorios por una ley de medicamentos que afecta las licencias, el problema del petróleo, y también ¿porque no? a la corporación militar le convienen los golpes: el sitio significa doble antigüedad y poder. Recordemos que además había en esa época servicio militar obligatorio.
El clima cultural era de renovación: las innovaciones en arte del Instituto Di Tella, La Menesunda -una obra inclusiva sensorial que se traga al espectador con experiencias desconcertantes- hoy de nuevo en el Museo de Arte contemporáneo de Marta Minujín. Piazzola renovando el tango y los jóvenes de la época: los Beatles, la minifalda (que en los 60 apenas descubría la rodilla) se va acortando a medida que se acercan los 70’. El pelo largo. Si ves las fotos; todavía los estudiantes van de saco y corbata. Veamos Revistas de época. Una manera de visualizar: feroz, hermosa, controversial. Es el humor cómo retrata, visualiza, expresa y a la vez promueve lo que pasa: Primera Plana y Tía Vicenta -de Landrú- y... Mafalda. Antes y después. Había mucho control del aspecto personal: desde el pelo, el largo de la falda; cuestiones hoy impensables. Tensión entre provocación y disciplina. Lo público y lo privado se dirimía de forma intrusiva; una canción pos-golpe habla de corte de pelo de Seccional, es decir; al que llevaban en una redada lo pelaban. Había un tema de control policial, también las renuncias masivas llevan número de documento. Hoy nos resulta chocante.
“Yo adoro a mi ciudad cuando las chicas con sus minifaldas parecen darle la mágica espalda a la inhibición popular.
Yo adoro a mi ciudad aunque me acusen de loco y de mersa aunque guadañe mi pelo a la fuerza en un coiffeur de seccional”
Extracto canción “Yo vivo en una ciudad” de Pedro y Pablo. Una visión unilateral de la cultura. Dentro del contexto cultural, político y social se recuerda una manifestación de Jóvenes de Tradición, Familia y Propiedad gritan en la calle Florida “A deguello con los hippies" (recordemos que psicología funcionaba en Viamonte), los nacionalistas católicos requieren redireccionamiento en la cultura. En Estudiantes los grupos Humanistas y Reformistas se tensan entre sí. El rector Fernández Long pertenece al primer grupo. ¿Cómo se entreteje esta historia? En su carta de renuncia al cargo de Profesor Titular con dedicación exclusiva de Ética e Historia de la Filosofía Contemporánea, fechada el 31 de julio de 1966, Risieri Frondizi argumenta: “No puedo permanecer como profesor de una Universidad avallasada por un acto de fuerza. Desde ayer la arbitrariedad substituye al derecho, y la autonomía universitaria y la libertad de cátedra han dejado de tener vigencia”. A la vez que aporta su mirada sobre el proceso que se estaba gestando en la Universidad: “La plena vigencia de la autonomía universitaria y de la libertad de cátedra permitieron a la Universidad de Buenos Aires ponerse a la cabeza de las universidades latinoamericanas. El nivel de enseñanza se elevó considerablemente y la investigación científica alcanzó una calidad y una amplitud que jamás se habían tenido. En los últimos 10 años se graduaron en la Universidad de Buenos Aires 40.000 jóvenes argentinos, cifra superior a la totalidad de los graduados en los cien años anteriores”. También se refiere a la creación de la Editorial Universitaria de Buenos Aires (EUDEBA), que en ese momento se posicionaba como la más importante de habla española. Finalmente, en relación a la intervención de la Universidad se refiere: “La Universidad tuvo conflictos; el país y las fuerzas armadas los tuvieron también en mayor medida. La Universidad resolvió sus conflictos sin jamás apartarse de la ley y sin paralizar su obra constructiva. Se puede destruir en poco tiempo y a golpes la obra de miles de universitarios, pero con actos de fuerza no se construirá nada positivo (...) La democracia, como la ciencia, tiene la cualidad de poder autocorregirse y perfeccionarse”.
Antes: La creación de la carrera de Psicología. La intervención de la Universidad de Buenos Aires en 1955 se le encomienda a Marcos Victoria, él representaba al grupo médico conectado con las cátedras de Psicología. La Psicología Experimental y Fisiológica de Piñero y Mouchet correspondía a los médicos y los concursos de 1947 desdibujan esta condición. La cátedra médica es ganada por un médico filósofo: pierde su nombre y como Psicología I queda teñida con un humanismo de posguerra, existencialista y fenomenológico. Al llegar Marcos Victoria, médico de formación, le imprime una visión vitalista y axiológica de la psicología, adquirida como auxiliar docente en Psicología II de C. Alberini. Él convoca a Telma Reca, también de formación médica y creadora del Dispensario de Higiene Mental infantil y del Consultorio de Higiene Mental en el Hospital de Clínicas en 1934.
El grupo fundador se termina de conformar con los profesores concursados: Eugenio Pucciarelli (Filósofo y Profesor de Psicología I), Nuria Cortada (Jefa de Seminarios de Estadísticas en Psicología II) y Gino Germani. Este grupo crea tres carreras. Ciencias de la Educación, Sociología y Psicología. El Plan de estudios de Psicología (Plan 56) con sede en la Facultad de Filosofía y Letras comienza a funcionar en 1957. Este plan cuenta con la particularidad de tener materias aplicadas, psicoterapia y la posibilidad de Doctorado. A su vez, el Ciclo Introductorio es común a las demás carreras de la Facultad: Filosofía, Sociología, Antropología, Biología; Letras y Gramática. La novedad es Introducción a la Psicología, Psicología I y Psicología II, de gran tradición académica, que han sido renovadas concursalmente en 1947. Psicología I es el nuevo nombre de Psicología Fisiológica y Experimental, de genealogía médica que quedó a cargo de Eugenio Pucciarelli (médico y filósofo). Dado que el interventor Victoria la reclama, E. Pucciarelli espontáneamente se desplaza a la asignatura Filosofía. Mientras, Psicología II; filosofía vitalista y axiológica en la tradición de Alberini, con García de Onrubia como Profesor Regular se renueva con la psicología contemporánea: incorporando la dinámica de la personalidad y con autores como K. Lewin, S. Freud y M. Ponty. Lo reemplazará a Jaime Bernstein en octubre. Él, pedagogo formado en la UBA y especialista en psicodiagnóstico, diseña el Plan de Estudios 56’ en Rosario. En julio se suma Nicolás Tavella en Psicología de la Niñez y Adolescencia. En 1958 comienza un momento clave para la Universidad de Buenos Aires: el Rector Risieri Frondizi, hermano del Presidente electo Arturo Frondizi y discípulo de Alejandro Korn (el primer decano reformista), se propone recuperar la tradición reformista: activa los concursos y en 1961 actualiza el estatuto universitario. En este contexto se renueva el Plan de Estudios de Psicología (Plan 58). Se afianza con este plan la línea psicodiagnóstica educacional y la clínica concebida como higiene mental y profilaxis. Significativamente desaparecen las materias aplicadas, la psicoterapia y la posibilidad de Doctorado. Al mismo tiempo se afianzan los grupos existentes: Jaime Bernstein en Psicología II, Nuria Cortada en Metodología Estadística y se incorporan Julio Aranovich en Biología y Radaelli en Psicología de la Niñez. En Junio, Jaime Bernstein concursa y gana la Jefatura del Departamento de Orientación Vocacional, el cual se encuadra en un programa de extensión de la Universidad. En noviembre Telma Reca es designada Profesora Titular de Psicología Niñez y Adolescencia y Directora de un Programa de Extensión Asistencial: Psicología de la Edad evolutiva con sede en Rectorado. En 1959 se concursan las materias Introducción a la Psicología, Psicología de la Niñez y Metodología Estadística. Se confirma a Nuria Cortada con sede en Sociología y a Aranovich y J. Azcoaga en Biología. Posteriormente, José Bleger reemplaza a Victoria en Introducción a la Psicología. Bernstein lo trae por su exitoso curso de Psicología en Rosario. La psicología se presenta con contundente claridad conceptual y actualidad. En el libro “Psicología de la conducta” publicado unos años después presenta la conducta, sus áreas, ámbitos, niveles y culmina en el concepto de personalidad (consciente/inconsciente). Articula psicología concreta, materialismo dialéctico y psicoanálisis, ya que proviene de la Psiquiatría Social de G. Bermann, quien publica en 1936 en la Revista Psicoterapia y en 1954 en la Revista Latinoamericana de psiquiatría. En los que reúne a Mira y López, Serebrinsky, Thenon; e Itzigsohn (hasta Azcoaga). También personalidad y psicoterapia en diversos enfoques (reflexológicos y psicoanálisis). Es también miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina y colega de Pichon Reviere. En 1960 J. Bleger concursa Psicología de la Personalidad. Como clave diagnóstica escribe “La entrevista psicológica”. En Psicología Clínica de Adultos Fernando Ulloa, representante de APA, desplaza a Guillermo Vidal e incluye en los contenidos de la asignatura la experiencia Rosario de Pichon Riviere (su maestro en Curso Superior de Psiquiatras del Hospital Borda). Propone sostener la producción de subjetividad psicoanalíticamente y la producción de pensamiento crítico en situaciones colectivas. Para él, la tarea del psicólogo clínico aplicado es la psicoprofilaxis. Considera, a su vez, las “áreas de expresión de la conducta enferma”. Publica un texto clave como Ficha de Opfyl: “La entrevista operativa”. Los criterios y definiciones de Bleger, su ascendiente discursivo de psicología de la conducta, se instalan como contenidos de psicología básica en Psicología General I y II a cargo de José Itzigsohn desde 1962. Como psiquiatra y reflexólogo incluye novedosamente la Psicología Rusa: Pavolv, Betcherev, Leontiev y Vigostsky en Psicología I. Serán autores como Rubinstein; Piaget, Wallon; Fromm, Lagache, Filloux, Mira y López y Linton parte de la variada propuesta bibliográfica en temas como: motivación, actividad intelectual y personalidad en Psicología II. Mientras Bleger avanza y dicta un seminario: Higiene Mental, de la que deriva la asignatura y el libro Psicohigiene y Psicología Institucional editado en 1966; y que operativiza en forma original el sueño de Pichon Riviere: “Del Psicoanálisis a la Psicología Social”. Otra área clave es la asignatura Fisiopatología aplicada a la Clínica Psicológica dictada por Mauricio Goldemberg. Sus enfoques inéditos en psicopatología consideran la causalidad psíquica, los factores psicológicos y la relación persona-sociedad en los síndromes funcionales. Carlos Slutzki (Jefe de Trabajos Prácticos y miembro de APA) articula prácticas de psicodiagnóstico y psicoterapia en el Servicio de Psicopatología del Hospital Lanas que incluyen alumnos y psicólogos. En este sentido Diana Rabinovich comenta que tomaba pruebas de psicoadiagnóstico Rorschach cuando era alumna y docente auxiliar regular de J. Bernstein en la asignatura Proyectivas. Ya graduada, fue autorizada a realizar psicoterapia al ser Ayudante de Trabajos Prácticos de D. Liberman en Psicopatología. En este punto resulta importante destacar el nexo entre Bernstein y Serebrinsky. Ambos aplicaban psicoidiagnóstico proyectivo y Rorschach en la Dirección de Psicología de Provincia de Buenos Aires en 1948. Serebrinsky, a su vez, funda la Escuela de Psicoterapia Cultural de la Infancia en Ose en 1952, la cual continúa con la Dirección de Goldemberg 1954 y 1956. Egresadas como Leonor Rabinovich, Reyna Cheja, Haydée Toronchik, entre otras; se desempeñan en psicoterapia infantil en hospitales públicos tempranamente. Luego se incorporan a la carrera. El grupo de psiquiatras sociales, con formación psicoanalítica y social, es el que se impone, tanto en las materias básica: Psicología General, Personalidad, Psicopatología; como en Clínica. De APA predominan propuestas de Bleger, Liberman, Ulloa. Estos últimos ligados a P. Riviere quien expresamente se mantiene afuera, con excepción de un Seminario que dicta sobre adolescencia (según atestigua Adela Duarte). Al mismo tiempo que en Rosario Garma en psicosomática y León Pérez propone el culturalismo, pero no son incluidos. De los psiquiatras sociales entran los que se involucran con la psicología y responden a las demandas académicas de la carrera: Psicología Básica, Psicología Social. Thenon y Peluffo quedan excluidos. J. Bernstein dibuja toda el área de psicodiagnóstico como área de aplicación en la Dirección de Orientación Vocacional. En Psicología I, J. Bernstein propone un programa clásico extremadamente versátil en los trabajos prácticos: trabajos experimentales en conflictos, motivación, técnicas proyectivas; el test de pareja; inventarios de personalidad. Con Butelman fundan la Editorial Paidós. Cuando se concursan los cargos de Auxiliares se incorporan Adela Leibovich, Sara Slapak y Diana Aisenson como Auxiliares Regulares. Con la Conmemoración del Centenario del nacimiento de Alejandro Korn, Primer Decano Reformista, se festeja en 1961 el regreso al estatuto universitario. El año 1962 inaugura un nuevo Plan de Estudios (Plan 62) para Psicología. Este plan prevé la formación en Posgrado e Investigación. El Departamento de Psicología reemplaza al Instituto de Psicología de 1930. Como Directora, Telma Reca, tiene a su cargo Introducción a la Psicología. Será ella quien dominará académicamente la Psicología de la Niñez y Adolescencia y la Clínica de Niños, con áreas de práctica y aplicación, el Centro asistencial de la Edad evolutiva que funciona en Rectorado. Enrique Butelman (junguiano cultísimo proveniente de Rosario) continúa posteriormente con la Dirección del Departamento. Su programa de Psicología Social es sorprendente por lo vasto y novedoso: Allport, Bruner, Lewin, Sprot, Mead son algunas de sus elecciones bibliográficas. En 1963 David Liberman y Rafael Paz dictan Psicopatología. En diciembre se adjudica a Filosofía y Letras el edificio emblemático de Independencia 3065, adquirido por la UBA en 1958 a la orden dominicana y sede del orfanato El Dulce Nombre de Jesús desde 1914. El mismo había sido asignado inauguralmente a la Facultad de Arquitectura. Algunos testimonios sostienen que la Carrera continúa dictándose en Viamonte durante 1964. Ese año se filma Crónica para un niño solo de Leonardo Favio en las instalaciones del edificio Independencia, mientras se reacondicionaba. Los Impresos de Opfil, de Reconquista 572 y CEFYL en Viamonte 430 (Subsuelo) muestran los domicilios. Las primeras generaciones de egresados refieren e identifican su pertenencia a Viamonte; esto incluye el bar Coto en Viamonte y Florida siempre recordado como lugar de reunión. Enrique Butelman dicta Historia de la Psicología e Itzigsohn, el nuevo Director del Departamento de Psicología queda a cargo de Introducción a la Psicología. Esta materia presenta la psicología como ciencia: incluye los procesos básicos del desarrollo y los procesos psíquicos fundamentales. Dicta en forma estable Psicología General I y II hasta 1966. El programa de Trabajos Prácticos muestra que Itzigsohn define “La psicología como Ciencia del Hombre y propone niveles de integración”, hallazgos conceptuales de Mira y López de fines de los 40; también compartidos por J. Bleger. Itzigsohn muestra su filiación a Bleger al deslindar psicología de biología y de filosofía. Otro tema novedoso es: “La psicología como profesión en nuestro país”. Propone como “teoría de la conducta, el behaviorismo; la teoría de campo, muy considerada por Risieri Frondizi y Bleger y la psicoanalítica”. Firman sus Jefes de Trabajos Prácticos: Anibal Duarte y Rosalía Schneider. Risieri Frondizi, Profesor de Filosofía y discípulo de Korn, contempla cómo su maestro es apartado en el 30 y con él su concepción psicológica de la valoración. El valorismo alemán regresa a una teoría objetiva el valor (Francisco Romero; Hartmann y Scheler). Recibe con E. Pucciarelli a García Morente en Tucumán. Tardíamente -después de doctorarse en axiología en EEUU- resuelve la cuestión en “Qué son los valores” y recurre a la teoría de campo dinámico de Lewin para dialectizar la tensión entre factores objetivos y subjetivos de la valoración. Escribe además “Estructura y dinámica del yo”. Para 1966, la Carrera de Psicología cuenta con un amplio plantel de Profesores Regulares concursados: Juan Azcoaga en Biología; Telma Reca de Acosta en Psicología de la Niñez y Directora del Departamento de Psicología; José Bleger en Psicología de la Personalidad; David Liberman en Psicopatología; Jaime Bernstein en Orientación Vocacional; Nuria Cortada en Metodología Estadística (también Ma. Luisa Siquier de Ocampo y Amalia Lucas de Radaelli). José Itzigohn continúa como profesor interino pero controla toda el área de psicología básica: Psicología General I y II y hasta propone un tercer curso: Psicología III, que aborda Lenguaje y Pensamiento y para el que convoca a Antonio Caparrós. Es de destacar el florecimiento de concursos de Ayudantes y Jefes de Trabajos Prácticos, nucleados en la Asociación de personal auxiliar Docencia e Investigación de Filosofía y Letras. (APADIFYL). Encontramos también propuestas originales: Psicopatología del primer cuatrimestre a cargo de David Liberman articula autores clásicos como Fenichel y Jaspes con novedades de Bateson y la teoría de la comunicación de E. Verón. En Psicopatología Especial presentan “el cuerpo como expresión de conflictos”. Esto le vale la presidencia de APA entre 1964 y 1965. Las alianzas previas muestran en 1960 a Pichon Riviere, Bleger, Rolla y Liberman publicando en conjunto “Técnica de los grupos operativos” en Acta Psiquiátrica y Psicológica. En esa línea, como ya dijimos, los programas de Fernando Ulloa (psiquiatra y psicoanalista miembro de APA) de Psicología Clínica incluyen experiencias grupales de asambleas de enfermeros y pacientes, una clínica grupal y comunitaria. A la vez que, Psicopatología Aplicada convoca institucionalmente a estudiantes y graduados a la experiencia del Lanús de Goldemberg. Sin embargo, sorprendentemente, la cátedra clave Psicoanálisis o Psicología Profunda, queda vacante en la instancia concursal. El Presidente de APA, Ángel Garma, queda fuera de orden de méritos con una propuesta en psicosomática que no convence a los consejeros estudiantiles. A ese concurso Diana Rabinovich asiste a todas las clases. Se desestima a Garma -aún con cartas de presentación de Freud- por un escrito en el cual hace un uso abusivo del psicoanálisis aplicado: la escena de Belén es leída como la de un prostíbulo. ¿Esquirlas de la guerra civil española? La gente se queda helada. En la clase también se extralimita en cuanto al lugar del psicólogo. El Decano y el Consejo directivo avalan el dictamen del jurado que declara vacante el concurso. También queda fuera Arminda Aberastury por limitarse al psicoanálisis de niños. Ostrov también concursa. El consejo directivo lo deja a él a cargo. Quedará a cargo de León Ostrov, exalumno y docente de UBA, filósofo y miembro de APA; quien ejercerá durante largos años el interinato de esa cátedra emblema: Psicoanálisis Freud. Tempranamente freudiano, renuente sutilmente a incluir enfoques organicistas psicosomáticos y culturalistas como proponía León Pérez. En un artículo de Universitas, L. Ostrov considera al Neopsicoanálisis como No-psicoanálisis. Fueron docentes de esta materia: Isabel Luzuriaga de Lamana, Irene Friedenthal, Roberto Mazzuca y Beatriz Grego. El mapa general de propuestas originales inéditas conforman diversos grupos: -Área Básica: Psicología General I, II y III. Bleger presenta a José Itzigsohn, quien propone una psicoterapia reflexológica (Pavlov; Betcherev; Luria; Leontiev y Vigotsky). Forman a generaciones enteras de psicólogos en psicología rusa. Es el conductismo, la recomendación acotada de Bleger en Psicología de la Conducta. -Psicología Social: con base psicoanalítica y de aplicación clínica. Bleger, Pichon Riviere (a través de Ulloa) incorporan la Psicohigiene, la Psicología Institucional y la Psicología de grupos. -Introducción a la Psicología permeadas por la psicometría y técnicas proyectivas: Jaime Bernstein y Butelman, fundadores de Editorial Paidós, sistematizan y difunden material de psicología. Hasta la creación de Eudeba se aplican en la Dirección de Orientación Vocacional. -Psicología Evolutiva y Clínica en la tradición Reca
¿Cómo eran los estudiantes? En 1965 el aumento de la matrícula es altamente significativo: se triplican la cantidad de alumnos en los trabajos prácticos, recuerda Diana Rabinovich (1000 aproximadamente se estiman para Psicología y 300 para Sociología). Eso nos va alejando del funcionamiento de las demás carreras de Filosofía y Letras. Como momentos antecedentes señalamos en mayo tomas y barricadas. Los bancos en la calle Independencia. Se la ve adoquinada, con veredas amplias con árboles añosos.
Los varones saco, corbata y portafolio. Las chicas de pollera a la rodilla.
El Decano observa pensativo los bancos destrozados en la calle. Atrás se ven apenas las ventanas de Independencia (hoy sala de Profesores). El Bar a la izquierda. No había quiosco de revistas como hoy.
Parte II: La noche de los Bastones Largos: El Golpe Militar tuvo lugar el 29 de junio 1966. Un mes después, la noche de los Bastones Largos: Entran con saña para vengarse, en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales y en la Facultad de Arquitectura (en Perú 222) y en la Facultad de Arquitectura a las 22 horas. La Noche de los bastones largos del 29 de julio de 1966 se produce cuando el Gobierno de Facto interviene la Universidad, conminando a los Rectores y Decanos a atenerse al Ministerio de Educación y a limitarse a actos administrativos. Actos represivos se desencadenan sobre 5 facultades, con Profesores y estudiantes heridos y detenidos. Consecuencia: renuncias masivas y emigración Después -según cuenta Sally Schneider- van a Independencia 3065; donde se alojaba la Facultad de Filosofía y Letras. En ese momento, había asambleas de estudiantes en Planta baja y reuniones de docentes de cátedras y graduados en los pisos. Se discutía que hacer: oponerse o no.
Los Testimonios: Sally Schneider: "El evento, datado en mayo puede ser fin de mayo: el 29; Día del Ejército; hubo un encontronazo en Diagonal Sur frente a la Estatua de Roca, cercano a Exactas. En Perú 222. El Acto fue abucheado por los estudiantes”. “Había tensiones, espionajes, amenazas. Un pasquín de los servicios" comenta Rally, decía: “El freudo-marxismo, ariete del castro comunismo” Diana Rabinovich (ATP concursada en aquella época y hoy Profesora Emérita) recuerda que: “Había una cierta “pasión de saber” cuando Psicología estaba enmarcada en el conjunto de las carreras de Filosofía; ese marco después se perdió”. Excelencia. Reivindicaría el amor por el saber, el disfrute, ejemplo: Psicología Social e Historia de la Psicología dadas por Butelman. Lo ofertado por la Facultad en términos de profesores de diversa posición: un Eliseo Verón recién llegado de París propiciaba un caldo de cultivo de ideas Una generación que transmitió un deseo de saber, el contacto con el mundo de saber. Esa Facultad tenía eso. Prácticas con Goldemberg en el Lanús”. En relación a la Noche de los Bastones largos recuerda: “Esa tarde-noche, estaba en la reunión de cátedra de Psicopatología con Libermann y bajamos. Salimos por las ventanas de Urquiza que daban al Aula Mayor”. Roberto Mazzuca comenta que él era Auxiliar de Profunda de Ostrov: “Estábamos reunidos con B. Grego y Sally Schneider. Hubo una reunión en la que hablábamos de la situación. Se disolvió abruptamente y salimos por la puerta de Urquiza”.
El total de detenidos esa noche ascendió a 154, a lo que se sumaron 49 lesionados.
Parte III: Después del golpe. Renuncias de profesores y Auxiliares: El testimonio de una estudiante de la época; Cristina Chardón, hoy Profesora de Psicología Educacional; permite reconstruir un tramo inédito –no documentado: su testimonio: “Ingreso en el primer cuatrimestre de 1966. Después del golpe- estuvo cerrada un año, pero nos seguimos reuniendo. Se retoma con una propuesta de plan de estudios de 40 materias. Incluía enfoques tomistas, era teórico y largísimo. Hicimos una sentada en la Estación de Retiro, previamente dejamos en un bar el nombre y el documento, para armar un Habeas Corpus, si fuera necesario, si se quedaba detenido. Fuimos a explicar al público, cuando llegaban los trenes, en qué consistía Psicología y porqué nos oponíamos y que proponíamos: una psicología en la que podamos trabajar con personas, para la gente. No de Laboratorio ni tan experimental. In vivo, no in vitro” como decía Bruner. Aplaudíamos y panfleteábamos. De golpe viene la Policía Federal y nos vemos rodeados de perros. Nos asustamos mucho; salí corriendo y me olvidé de pasar por el Bar. Gracias a eso aparece el Plan 67 con 28 materias”. Rolando García, Decano de Exactas golpeado esa noche en Perú 222, famoso por las fotos con la cabeza ensangrentada; salió a las 12 de la noche y dijo: “¿Cómo se atreven a cometer este atropello? Todavía soy el Decano de esta Casa de Estudios“. Cuando los policías entraron rompieron vidrios e inundaron aulas y patios con gases lacrimógenos. Insultaron y golpearon a estudiantes y docentes. Posteriormente emigrará junto a su esposa Emilia Ferreiro, docente de Psicología en ese momento, a Ginebra a trabajar con Jean Piaget en el Instituto de Epistemología Genética de Ostrof, Ginebra. Como meteorólogo, realiza su aporté en epistemología de la ciencia: “Epistemología y Psicología” de los últimos textos de Piaget. A su vez, Emilia Ferreiro; fue una de las primeras Profesoras Honoris causa de UBA. Ella trabajó complementando los aportes de Piaget sobre la construcción lógica matemática y espacio-temporal del objeto y fue reconocida por sus investigaciones sobre el proceso de adquisición de la escritura; aportando un método original de lecto-escritura constructivista que la hace famosa. Otros testimonios de Psicólogos: -“Estaba en Socio”- dice Silvia Quevedo- “Estaba la Guardia de Infantería en el Patio. Caigo presa en una volanteada del núcleo de resistencia universitario a la intervención”. Lidia Zablovsky. “De Exactas vinieron a Filo. Escuchábamos por la radio que venían para acá. Cerramos los portones. Los tiraron a patadas y entramos. Les cantamos el himno nacional en el patio. Cuando llegó la parte “¡Oh juremos con gloria morir!” se nos lanzaron, corrí y subí los tres pisos y me escondí entre los bancos. -¡Salgan!- gritaban y pegaban y daban pateadas con las botas. No me llevaron“. Cristina Gartland: ”Estábamos en la terraza de Independencia. Con un grupo nos escondimos detrás de los bancos”.
Parte IV: Efectos mediatos. Cerrada la Facultad; la gente seguía reuniéndose en Institutos privados o alrededor de la Asociación de Psicólogos. Se propone un Plan de estudios de 40 materias, “largísimo”, ideado con un “planteo tomista”; dos cursos de matemáticas en el ciclo introductorio; abundancia de materias de Laboratorio y Psicología Experimental, ausencia de Psicología Social; Sociología; y Psicoanálisis -según comenta Gregorio Selser en El Onganiato- que es rechazado. Fue confeccionado por una comisión asesoría de cinco personas: Angélica Capano; J. Affani; Asti Vera; Jorge Insúa; J. Tramezzani. Comienzan a implementar el nuevo Plan, con gran deserción y éxodo de estudiantes a la Universidad de La Plata. APA y el área básica del materialismo dialéctico -opina Maria Julia García- en su artículo -asevera que las líneas “liberales” no tomistas- no regresan a la Universidad. La Ley 17.1232/67, conocida como Ley de Onganía que reglamenta el ejercicio de la medicina y profesiones afines; Decreto en realidad; considera al Psicólogo como auxiliar de las especialidades médicas como la psiquiatría, bajo tutela médica. Restringido a la toma de Tests y con la prohibición expresa del ejercicio de la psicoterapia y el psicoanálisis. Autoría de Mariano Castex, médico psiquiatra, jesuita de El Salvador y asesor de Onganía, también autor de Yo Onganía. El Ministerio de Educación equipara el título de maestra normal al de psicólogo a la hora de trabajar en los Gabinetes psicopedagógicos. Según Selser en contradicción con esto, los egresados continúan su formación: Héctor Rodríguez estudia con Zazzo; Celia Jacubovich con Paul Fraisse en el Laboratorio de Psicología Experimental de La Sorbonne; Emilia Ferreiro en el Instituto Jean Jacques Rousseau de Ginebra; Mario Goldberg con Leontienv; Hunter con Luria ambos en la Unión Soviética; Dubrowsky con Van Harrester en el Instituto Tecnológico de California; A. Saltzmann con Wenzel en la Universidad de Los Angeles; Nina Stein en la Tavistok Clinic en Londres; Noemí Daichmen en Berkeley; Irene Friedental en Boston ; Cloe Madanes en Palo Alto, entre otros. En diciembre aparece el Plan de Estudios 67: cuanta con 28 materias y 4 orientaciones. Vigente solo con la interrupción del 73 y 74; se reactiva desde 1975 con la intervención Otalagano hasta la democracia en 1985. En diciembre de 1967 se produce el resultado del concurso interno de la Asociación de Psicólogos de Buenos Aires (cita en Ugarteche 2991). Ipar; Delegado interventor convoca un tercio para psiquiatras, un tercio para psicólogos. Algunos de sus resultados: Proyectivas: María L S. de Ocampo y Elsa Grassano. Psicometría: Sara Paín y F. Kauffmann. Personalidad: Juana Danis. Educacional: Sara Paín, Reyna Cheja y Graciela Canessa. Orientación Vocacional: Bohoslavsky; Aisenson, Slapak. Psicología Fundamental: Bohosvlasky; Marta Berlín; Harari. Psicología Institucional: Malfé. Hay anotaciones de Ipar vulnerando el orden de méritos discrecionalmente. La novedad -según refiere Roberto Mazzuca- a pesar de lo controvertido de la situación; es que algunos psicólogos egresados de las primeras promociones, que acreditan concursos de auxiliares, comienzan a dar clases cuando psicología reabre.
Epílogo: Estos itinerarios invitan a repensar espacios académicos cotidianos que habitamos. A situarnos a seguir interrogándonos. A seguir construyendo espacios de tramitación discursiva. Consulta el Archivo Histórico Virtual -fotos y documentos comentados- y el adelanto de un video. www.psi.uba.ar. Seguimos recolectando testimonios y materiales de la Jornada UBA y de la Facultad de Psicología. Colección de Posters y Bibliografías. Colaboración: Dirección de Cultura, Secretaría de Extensión, Cultura y Bienestar Universitario.
Bibliografía: García, Ma. Julia (1984): "Veinticinco años de la Carrera de Psicología" (p27-38) Rossi, L; Falcone, R (2002): Presencia de la APA en la Universidad de Buenos Aires en 60 años de psicoanálisis en Argentina Pasado Presente Futuro Comisión de Publicaciones de la Asociación Psicoanalítica Argentina. Selser, G (1986) “El onganiato (II) Lo llamaban revolución Argentina” Hispamérica, Tomo 31; Colección Nuestro siglo.
Investigación documental y de imágenes: Biblioteca de la Facultad de Psicología para Archivo Históric y Virtual.
Última actualización el Miércoles 03 de Agosto de 2016 15:52
ACTUALIDAD DE “EL MALESTAR EN LA CULTURA” SOBRE NUESTRA DEUDA CON FREUD
Martes 17 de Diciembre de 2019 01:41
Osvaldo L. Delgado
El 6 de mayo de 1856 nace Sigmund Freud, llamado Schlomo-Shelomoh, homenajeando así al patriarca de Tysmenitz. La concepción pseudocientífica de raza lentamente se iba imponiendo y con ella el desplazamiento ideológico segregativo que va del antijudaísmo al antisemitismo.
Se trata del marco de la época de1815 a1933, enla que JeanClaudeMilner ubica el espacio temporal enla llamada Mitteleuropa, del desarrollo de la figura del “judío de saber”. Freud, “judío de saber” que nombra la intersección de judío y de saber, y que toma a la lengua alemana como aquella supuesta al saber.
1933 marca para Milner la declinación de esa experiencia inédita con el ascenso del nazismo.
Es en 1930 que Freud publica “El malestar en la cultura”, agregando el último párrafo en 1931, cuando según su principal biógrafo, la presencia de Hitler ya era una notoria amenaza.
Hay que leer el texto y su legado en ese horizonte. ¿Cómo avizoraba Freud, ese interrogador de la cara nocturna del alma, en contra del racionalismo, del intelectualismo, del clasicismo como lo postula el genial Thomas Mann?
Postulo que el principal legado y crucial para nuestros tiempos, es que no hay satisfacción plena de la pulsión por obstáculo interno. Por lo tanto, no por prohibición, sino como un modo de lo imposible.
¿Cómo pensar al hombre, a la cultura, a partir de ese imposible que no es histórico, que no depende de cada cultura ni de cada humano?
Todo el texto “El malestar en la cultura” es un esfuerzo inaudito para dar cuenta de qué se hace con ese imposible. Por eso, son necesarias las llamadas construcciones auxiliares, los quitapenas, hoy en día la exaltación del objeto técnico.
Por eso el programa del principio del placer no es realizable. “Discernir la dicha posible en ese sentido moderado es un problema de la economía libidinal del individuo. Sobre este punto no existe consejo válido para todos; cada quien tiene que ensayar por sí mismo la manera en que puede alcanzar la buenaventuranza”. Solución singular y modesta.
Las disposiciones del “TODO” (al que escribe en mayúsculas) son irrealizables.
Es en principio la religión la que para Freud perjudica la elección de cada uno, ya que presentándose como un TODO impone, para todos, un igual camino “para conseguir dicha y protegerse del sufrimiento”.
Lo que para Freud tiene mayor potencia para buscar anular, dominar ese imposible de la no satisfacción plena, son las sustancias embriagadoras y tóxicas, ya que influyen sobre nuestro cuerpo, alterando su quimismo, y produciendo, a su vez, grandiosidad yoica.
En una perspectiva, esta es nuestra época: adicción generalizada y omnipresencia yoica. Seguramente el tercero es la intimidad como espectáculo y la elevación de los rasgos de goce a la dignidad de S1 colectivizantes.
¿Cuál es un segundo legado de este texto? El lugar de las mujeres. Aclaremos, más precisamente como posición femenina.
Las mujeres entran en hostilidad con la exigencia del imperativo superyoico dela cultura. Nose trata de la hostilidad histérica, de la que habla Freud en “El tabú de la virginidad” y Lacan en el “Seminario17”, sino hacia el imperativo de goce.
Es una hostilidad a favor del nudo deseo - goce – amor.
Dice Freud que lo que el hombre “usa para fines culturales (aquí superyoico) lo sustrae en buena parte de las mujeres y de la vida sexual: la permanente convivencia con varones, su dependencia de los vínculos con ellos, llegan a enajenarlo de sus tareas de esposo y padre”.
Lo femenino responde en este punto a la cuestión del padre como modelo de la función, revelando a esta altura lo que formuló en el último capítulo de “Psicología de las masas y análisis del yo”, respecto a que el amor a una mujer, al igual que el síntoma, tiene un valor disgregativo del efecto masa, y tiene el más alto valor en la existencia humana, ya que atraviesa todas las limitaciones nacionales, de origen, de religiones, etc.
El otro gran aporte es el referido al mandamiento “ama a tu prójimo como a tí mismo”.
Las paradojas de este mandamiento lo van a llevar a formular tanto la dimensión del hombre como lobo del hombre y a su debate con los comunistas y los socialistas. Respecto a los primeros, debate la conceptualización de que la propiedad privada corrompe la naturaleza humana, pero al mismo tiempo Freud formula que “la posesión de bienes privados confiere al individuo el poder, y con él la tentación de maltratar a sus semejantes, los desposeídos no pueden menos que rebelarse contra sus opresores, sus enemigos”.
Y respecto a los socialistas, reproduzco el párrafo: “paréceme también indudable que un cambio real en las relaciones de los seres humanos con la propiedad aportaría aquí más socorro que cualquier mandamiento ético; empero, en los socialistas, esta intelección es enturbiada por un nuevo equívoco idealista acerca de la naturaleza humana”. El equívoco socialista es creer que este cambio en relación a la cuestión de la propiedad eliminaría las pasiones oscuras. Pero esto último, en su pluma, no invalida la cuestión de que ese cambio en las relaciones de propiedad tendría más efecto que un mandamiento ético.
Dice Freud que, al mismo tiempo, hay hombres que se “permiten habitualmente ejecutar lo malo que les promete cosas agradables, cuando están seguros de que la autoridad no se enterará o no podrá hacerles nada, y su angustia se dirige solo a la posibilidad de ser descubiertos”. Estos hombres, en la Argentina, se llaman desaparecedores y torturadores.
La cultura no resuelve las pasiones oscuras. La Alemania de la que surge el nazismo, era la sociedad más culta del mundo.
Incluso Freud, va a formular que forzar a los individuos a ser mejores que lo que su naturaleza le permite, lleva a lo peor.
Ninguna educación, formación solidaria, eliminará la pulsión de muerte. Es más, todo forzamiento en ese sentido solo albergará el imperativo categórico kantiano y llevará a lo peor.
Es mi punto de vista que, de lo que se trata, es de crear las condiciones sociales que inhiban, que no posibiliten que se realicen en el mundo las pasiones oscuras bajo el modo de la crueldad, la tortura, el asesinato.
Una sociedad más justa, democrática, con pleno desarrollo de las funciones del Estado, garantizando salud, educación, vivienda, trabajo; permitiendo construcción de proyectos individuales y colectivos, permite la sintomatización de los modos de satisfacción pulsional.
Una sociedad donde no se garanticen los derechos ciudadanos, donde se promueva como ideales las figuras del cínico y el canalla, capturada en la ley de hierro que impone la relación de la ley del mercado con el desarrollo científico-tecnológico, no da lugar a la sintomatización, sino que promueve las prácticas directas de goce sin la operatividad de los recursos simbólicos e imaginarios, para vérselas con lo real pulsional.
Una sociedad burocrática y totalitaria, que tome a lo diferente como hostil, como enemigo, imponiendo una uniformidad que aplaste lo singular y realice un empuje a la masa, se transforma en una cruel pesadilla.
Finalmente, el otro gran aporte. Respuesta fundamental al primero: a la no satisfacción plena por obstáculo interno, lo imposible.
Ese aporte es el superyó.
La paradoja del superyó, en tanto que, a mayor renuncia de satisfacción pulsional, mayor incremento de la severidad superyoica.
Esta fórmula, perfectamente observable en ciertos fenómenos clínicos y comportamientos sociales, abreva en la primera construcción teórica de la cuestión que dice así: la renuncia de lo pulsional crea la conciencia moral.
Pero la segunda fórmula, nos habla de la renuncia de una satisfacción agresiva, vengativa.
“El superyó entra en posesión de toda la agresión que, como hijo, uno de buena gana habría ejercido contra ella (la autoridad paterna)”. Se trata de la sofocación, no de una moción libidinal, sino de una agresión.
Esta segunda fórmula es más acorde a nuestros días, ya que la primera ha estallado por los aires a partir del imperativo de goce del neoliberalismo. El actual es un imperativo sin deuda y sin culpa. Es un imperativo correlativo a la declinación del Nombre del Padre.
Pero cuál es el encono que alberga este superyó en su segunda fórmula. Encono contra esa autoridad inhibidora dice Freud. No se trata ya del padre. ¿Entonces? Es un encono superyoico contra lo imposible, pero la angustia permanece testimoniándolo.
Finalmente, respecto al último párrafo del texto: querido Sigmund Freud, lamentablemente el desarrollo cultural no logró dominar la “humana pulsión de agresión y autoaniquilamiento”. Pero su legado, el psicoanálisis, se presenta como aquello que revela que la pretensión psicopolítica de “intervenir hasta lo profundo de nuestra psique y explotarla” se topa con lo imposible.
Además, su deseo ha venido a ocupar el lugar de la causa, para mí y para mis colegas psicoanalistas. Encontrarme con su palabra le dio un vuelco decisivo a mi vida, e impidió el pasaje al acto de mi empuje al sacrificio militante. Querido Sigmund Freud: le estoy muy agradecido.
Última actualización el Martes 17 de Diciembre de 2019 02:15
Revista Electrónica de la Facultad de Psicología de la UBA
Año 13 – Número 52
Septiembre 2024
Secretaria de Extensión, Cultura y Bienestar Universitario
M. Alejandra Rojas
Director General
Jorge A. Biglieri
Generación de Contenido
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Diseño
Agustina Espector
Diagramación
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Colaboran en este número:
Teresita Mourlaás
María Florencia Ibarra
Bárbara Varela
Carla Bidove
Alejandra I. Lanzillotti
Natalia Alperovich
Urko Mendiberri
Diego Javier López
Editorial
Nos complace dar la bienvenida al número 52 de nuestra Revista Intersecciones Psi. Este mes de septiembre cuenta con una importante fecha, establecida por la OMS para llamar la atención sobre un problema de salud pública que preocupa a nivel mundial y sobre el cual nuestra Facultad, en tanto alberga la formación de profesionales de la salud, tiene el compromiso de difundir. La OMS estableció desde 2003, el 10 de septiembre como el “Día Mundial para la Prevención del Suicidio”, con el objetivo de centrar la atención en el problema, reducir el estigma asociado a él y crear conciencia entre las organizaciones, gobiernos y el público, dando el mensaje singular de que el suicidio puede prevenirse.
Según datos de la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio -IASP, por sus siglas en inglés-, el suicidio se encuentra entre las 20 principales causas de muerte a nivel mundial para personas de todas las edades y es responsable de más de 800 mil muertes al año, lo que equivale a un suicidio cada 40 segundos.
El lema que la OMS ha propuesto para esta edición del Día Mundial de la Prevención del Suicidio, período 2024-2026, lleva por nombre "Cambiar la narrativa". Durante demasiado tiempo, el suicidio ha estado rodeado de silencio, estigma e incomprensión. Esto no solo ha impedido que se mantengan conversaciones abiertas, sino que también ha impedido que muchas personas busquen la ayuda que necesitan desesperadamente. Al estimular la puesta en palabras, llevar el tema al discurso introduciéndolo en la conversación, podemos cambiar la narrativa sobre el suicidio. Así la OMS promueve pasar de una narrativa de desesperación a una narrativa de esperanza.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) exhibe algunas cifras referidas a nuestro continente Americano. Según la OPS en 2021 100.933 personas murieron por suicidio en la Región de las Américas. Entre 2000 y 2019, la tasa de suicidio estandarizada por edad en la región aumentó en un 17%. El 79,4% de las muertes por suicidio en la Región ocurrieron entre hombres en el 2019, sin embargo, los suicidios de mujeres mostraron un aumento más pronunciado que los suicidios de hombres entre el 2000 y el 2019.
Los adultos de mediana edad (40-69 años) representan la mayor proporción de los casos (38,0%) de los suicidios en la región, seguidos por los adultos mayores (70+ años; 32,8%). En tanto, el suicidio es la tercera causa de muerte entre los jóvenes de 20 a 24 años en las Américas. La asfixia, las armas de fuego, la intoxicación con drogas y alcohol y el envenenamiento con plaguicidas y productos químicos son los cuatro métodos más utilizados para el suicidio, ya que los mismos representan el 91% de todos los empleados en suicidios en nuestro continente.
La OMS también señala que la prevención del suicidio no se ha abordado adecuadamente en muchos países debido a la falta de toma de conciencia sobre el suicidio como un importante problema de salud pública, lo que impide que la gente busque ayuda. El subregistro y la clasificación errónea son problemas más importantes en los suicidios que en otras causas de muerte, debido a su sensibilidad y a su ilegalidad en algunos países.
Con relación a los grupos de riesgo la OMS expresa que en los países de ingresos altos se ha demostrado la relación entre el suicidio y los trastornos mentales, en particular la depresión y los trastornos por consumo de alcohol, si bien el principal factor de riesgo es un intento previo de suicidio. Sin embargo, muchos casos ocurren de forma impulsiva en situaciones de crisis, cuando la persona no se siente capaz de enfrentar factores muy estresantes, como problemas económicos, conflictos de pareja y enfermedades o dolores crónicos. Además, es un hecho probado que vivir bajo guerras, desastres naturales, sufrir violencia, abusos o la pérdida de un ser querido, o sentirse aislado también son factores que pueden inducir conductas suicidas.
Algunos autores se refieren respecto al suicidio a la cuestión del contagio: “El contagio del suicidio se refiere a un fenómeno en el que un suicidio parece conducir a otros en una comunidad, una escuela o un lugar de trabajo.” (Moutier, 2023: 7) Christine Moutier (2023: 7), psiquiatra especializada en prevención del suicidio, nos habla de que “se estima que el contagio del suicidio puede ser un factor a tener en cuenta aproximadamente en el 1 al 5% de todos los suicidios de adolescentes”, ya que en el caso de niños, adolescentes y jóvenes adultos son un público muy vulnerable a los efectos de contagio que produce el suicidio.
La estigmatización, especialmente en torno a la relación difundida entre los trastornos mentales y el suicidio, disuade de buscar ayuda a muchas personas que piensan en quitarse la vida o tratan de hacerlo y, por lo tanto, les impide recibir la ayuda que necesitan. La prevención del suicidio no se ha abordado debidamente a causa de la falta de sensibilización sobre su importancia para la salud pública y del tabú existente en muchas sociedades que impide hablar abiertamente sobre este tema. Hasta la fecha, solo unos pocos países han incluido la prevención del suicidio entre las prioridades de sus políticas de salud y solo 38 han notificado que cuentan con una estrategia nacional específica de prevención.
Las diferencias entre los países en cuanto a los patrones, la evolución de las tasas y las características de los suicidios, así como los métodos utilizados, ponen de relieve la necesidad de que cada país mejore la integridad y la calidad de sus datos y la rapidez con que se obtienen. Con ese fin, se deben hacer constar los suicidios en los registros civiles y las conductas autolesivas en los registros hospitalarios, y se han de realizar estudios nacionales representativos que recopilen información sobre esas conductas notificadas por la propia persona.
En 2021 se reglamentó en nuestro país la Ley Nacional de Prevención del Suicidio (N°27.130), cuyos principales puntos son: establecer la reglamentación de la atención a personas en riesgo de suicidio y la asistencia a las familias, la capacitación profesional en la detección y atención, y el abordaje coordinado, interdisciplinario e interinstitucional de la problemática de suicidio.
En nuestra época, la violencia de género digital ha cobrado una estrecha relación con la instigación al suicidio. La Ley N°27.736, conocida como Ley Olimpia, modificó a la Ley N°26.485 (Ley de protección integral a las mujeres), incorporando la violencia digital o telemática definida como: “Toda conducta, acción u omisión en contra de las mujeres basada en su género que sea cometida, instigada o agravada, en parte o en su totalidad, con la asistencia, utilización y/o apropiación de las tecnologías de la información y la comunicación, con el objeto de causar daños físicos, psicológicos, económicos, sexuales o morales tanto en el ámbito privado como en el público a ellas o su grupo familiar, en especial conductas que atenten contra su integridad, dignidad, identidad, reputación, libertad, y contra el acceso, permanencia y desenvolvimiento en el espacio digital o que impliquen la obtención, reproducción y difusión, sin consentimiento de material digital real o editado, íntimo o de desnudez, que se le atribuya a las mujeres, o la reproducción en el espacio digital de discursos de odio misóginos y patrones estereotipados sexistas o situaciones de acoso, amenaza, extorsión, control o espionaje de la actividad virtual, accesos no autorizados a dispositivos electrónicos o cuentas en línea, robo y difusión no consentida de datos personales en la medida en que no sean conductas permitidas por la ley 25.326 y/o la que en el futuro la reemplace, o acciones que atenten contra la integridad sexual de las mujeres a través de las tecnologías de la información y la comunicación, o cualquier ciberataque que pueda surgir a futuro y que afecte los derechos protegidos los derechos protegidos en la presente ley”.
Nuestro compromiso como profesionales de la salud requiere que tomemos una responsabilidad en esta problemática, cuyos efectos a nivel de la subjetividad no solamente afecta a las personas que acometen un acto con el fin de quitarse la vida, sino también sus consecuencias se extienden a familias y a su entorno cercano, produciendo un daño psíquico que requiere su atención y puesta en palabras.
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