Delich, Rector interventor hablando, izq. Secretaria de Extensión Alicia Azubel; Secretario Académico Carlos Sayago -marido de Alicia Messiga- y Rosalía Schneider.
Sally Schneider (Docencia), Anibal Duarte (Investigaciones); Hugo Vezzetti y Francisco Delich.
Claudio Alonzo, Celia Frylistein, ?, Reina Cheja.
Este artículo compila recuerdos informales testimoniados por quienes institucionalmente están nombrados en los documentos. Personas que al hablar, en realidad representan grupos. Así el contrapunto, los diálogos, el juego de construcción de consensos y disensos muestran cómo los grupos se mueven unos en relación con otros, se influencian, negocian, se asocian, pactan y hasta llegan a neutralizarse mutuamente. Aprenden a convivir: a veces se excluyen, se aceptan y cambian. Los que hablan son portavoces de lugares y grupos. En la tensión entre persona y representatividad, matices de personalismo y estrategia grupal, la democracia recién inaugurada encuentra a los actores improvisando nuevos roles, a las personas desentrenadas en convivir colectivamente, y a la vez, con muchas responsabilidades de construcción institucional postergada y obligada a reconstruir lógicas de participación perdidas. Grupos nuevos diferenciados de viejos grupos. Entre los nuevos grupos que emergen encontramos la paradoja que no sólo retratan diversas generaciones: los estudiantes; nuevas generaciones ávidas de participar eligen tempranamente sus centros de estudiantes, desde 1982 y 1983, y son muy participativos. Como los estudiantes, los grupos de graduados son militantes políticos ligados a las asociaciones profesionales. Estos grupos son los primeros en lograr representación. Los profesores, el claustro más difícil -en tanto se conforma y resulta según el Estatuto universitario de los concursos- tarda en construirse y allí se tensan grupos que venían, grupos de afuera con gran actuación institucional en los 60’s, grupos nuevos. Influencias, incidencias, militancias. También se invitó a testimoniar a actores informales. Como fuentes y documentos estarán colgados en el Archivo Virtual y pueden consultarse; nos arriesgamos a incluir estos testimonios que constituyen perspectivas personales y pueden contener imprecisiones pero el entretejido constituye “nuestra novela” e ilumina desde distintas perspectivas una construcción colectiva: nuestra Facultad desde la palabra de sus actores.
¿Los escuchamos?
Único Testimonio Escrito: Hugo Vezzetti (12/05/15)
“Como es sabido, la Facultad fue creada en noviembre de 1985. Recién entonces fui nombrado Decano Normalizador, cargo que mantuve hasta que se pudieron completar los pasos necesarios de la normalización: la elección de los consejeros, la constitución del Consejo Directivo y la elección de la primera Decana, Sara Slapak, en octubre de 1986. Mi cargo anterior era el de Delegado Normalizador, lo que implicaba que era delegado del Rector, Francisco Delich. Fui designado en ese cargo en febrero de 1984, de modo que en total mi gestión duró dos años y diez meses.
¿Por qué Delegado del Rector? Respondía a la situación de la Carrera de Psicología que había sido separada de la Facultad de Filosofía y Letras en 1974, si no me equivoco, durante el período oscuro de la intervención a la UBA comandada por Alberto Ottalagano durante la gestión de Oscar Ivanissevich en el Ministerio de Educación. Se daba una situación insólita, de una carrera que no estaba integrada a una Facultad; lo mismo sucedía con la Carrera de Sociología. Y así se mantuvo durante los años de la dictadura. Pero la Carrera había cobrado una autonomía de hecho en su funcionamiento y eso no cambió con la gestión de Delich. En la práctica yo decidía como un interventor, no dependía de sus instrucciones aunque obviamente lo consultaba; y debo decir que el Rector siempre me respaldó.
Sobre las circunstancias anteriores, las que llevaron a Delich a proponerme el cargo, sólo puedo transmitir lo que después me contaron. Hay otros que deberían aportar su testimonio. Yo no participé en ese proceso previo que se desarrolló en los grupos que trabajaban dentro de la UCR, los equipos técnicos que venían preparando las propuestas para la gestión universitaria. Por lo que sé, había dos grupos y cada uno impulsaba un candidato para Psicología. Uno estaba integrado por graduados y algunos docentes que habían participado en la gestión universitaria en los comienzos de la Carrera en los sesenta, antes de la intervención de 1966. Llevaba como candidato a Aníbal Duarte, que había sido consejero en aquellos años. Del otro grupo puedo decir menos; creo que eran estudiantes y respondía a uno de los sectores de la Juventud Radical. Proponían a Roberto Harari, que había sido Presidente de la Asociación de Psicólogos de Buenos Aires (APBA) en los comienzos de la asociación. Yo también había tenido actuación en la APBA, pero después, en los años de la dictadura. Yo era vicepresidente en 1978 cuando fue secuestrada Beatriz Perosio, finalmente desparecida, y tuve que asumir la presidencia y llevar adelante las gestiones que se pudieron hacer para reclamar por ese crimen. Era conocido en ese ámbito y por mi participación en la Revista Argentina de Psicología. Y fuera del campo psi Delich me conocía porque yo formaba parte del grupo que sacaba la revista Punto de Vista, una revista de cultura y política dirigida por Beatriz Sarlo.
Lo cierto es que el Rector electo, Delich, recibía las propuestas que le hacían llegar los grupos que dentro del radicalismo trabajaban en las distintas facultades y carreras. Y la de Psicología no llegaba porque los dos candidatos se neutralizaban mutuamente. Allí surgió la idea de un tercer nombre, para resolver ese impasse. No estoy seguro quién propuso el mío: los testimonios no son coincidentes. Pero quienes me proponían estaban en el grupo que apoyaba a Duarte. Me consultaron, acepté considerarlo y tuve una entrevista con Delich. Le pedí unos días para pensarlo. Era totalmente inesperado para mí, pero al mismo tiempo sabía que no asumía solo, ya que iba a apoyarme en el grupo que venía trabajando, con Aníbal y Adela Duarte, Sally Schneider, Susy Kaufman. También consulté con la APBA que en ese momento estaba dirigida por el peronismo. Estaban Osvaldo Devries y Silvia Chiarvetti. Ellos, como la mayoría en la sociedad, habían pensado que Italo Luder iba a ganar las elecciones; habían preparado sus propuestas para la Carrera y tenían su propio candidato, Pancho Ferrara. Pero me conocían, no pusieron objeciones y de algún modo dieron su apoyo. Sobre esas bases acepté.
¿Por qué lo hice? Yo no tenía un interés particular en la universidad mi mayor vocación por la gestión, que sabía que iba a ser ardua. Pero había votado a Alfonsín y después de haber pasado por la experiencia de la dictadura sentía que estaba obligado, como ciudadano ante todo, a contribuir a esa nueva etapa de construcción democrática. Tenía claro, lo habíamos conversado con el Rector, que había que sacar a la Carrera del pozo de desprestigio y aislamiento en que había caído en los años de la dictadura. Ante todo había que reestablecer el funcionamiento de los claustros: eso era básicamente la “normalización”. Los estudiantes ya se habían organizado, tenían elecciones; en fin eran elecciones del Centro de Estudiantes, pero tenían una legitimidad que nadie podía discutir. Los graduados de algún modo estaban representados por la APBA que se integró al Consejo Asesor. El problema mayor era la organización del claustro de profesores y por eso los concursos tuvieron desde el principio la mayor importancia.
En el comienzo, el Secretario Académico fue Carlos Sayago. Yo no lo conocía y la verdad es que nunca me llevé bien con él. Es lo único que Delich me impuso porque era parte del acuerdo con Franja Morada. Yo designé a Alicia Azubel como Secretaria de Extensión y a Aníbal Duarte en la Dirección de Investigaciones: no era una Secretaría todavía pero le dimos un tratamiento equivalente y fue una de las áreas nuevas que se desarrollaron (foto 1). El otro acierto de ese primer tramo de la gestión, creo, fue designar a Susy Kaufman a cargo del área de Concursos, donde trabajó con completa autonomía. Y creo que los concursos se hicieron con extremo cuidado. Aunque hubo, por supuesto, algunos disconformes porque perdieron sus concursos (incluso algunos que se distanciaron); el criterio fue designar jurados bastante inobjetables y respaldar sus dictámenes; y cuando había disidencias siempre respaldé a la mayoría. Nunca hablé con los jurados. Además incorporé a una asesora legal, Alicia Ruiz (hoy es jueza del Superior Tribunal de Justicia de la Ciudad) que fue de gran ayuda. Hubo un solo concurso en el que prosperó la impugnación, por vicios formales, el de Azcoaga, que se hizo nuevamente.
Pero previamente a los concursos hubo que establecer las bases académicas y administrativas: la creación de los departamentos y la aprobación del nuevo plan de estudios, que se discutió mucho en la Carrera. Todo se hizo como resultado de un trabajo de equipo. Al poco tiempo Sayago se retiró y asumió Alicia Azubel como Secretaria Académica. Y María Strático ocupó la de Extensión. A Alicia y a María yo las conocía de los tiempos de mi gestión en la APBA. Todos trabajamos mucho, pero quiero recordar especialmente a los que ya no están, a Aníbal Duarte y a María Strático.
Cuando asumí todos los profesores y los docentes estaban designados para el año académico que comenzaba. Eran designaciones interinas; y obviamente no podíamos dejar a los mismos profesores hasta que se sustanciaran los concursos. Hubo que cubrir esas cátedras de inmediato y revisar las designaciones que todavía se hacían de acuerdo con el viejo Plan. En eso trabajó la comisión asesora. El criterio fue que continuaran sólo los profesores que tenían antecedentes o más trayectoria, como León Ostrov o García de Onrubia. García de Onrubia había sido interventor designado de la dictadura en la Carrera; por eso algunos querían excluirlo. Yo hice mis averiguaciones. Descubrí que otros profesores lo habían propuesto para evitar un interventor militar; y que había terminado en malos términos con la gestión de la dictadura en la universidad. Decidimos que siguiera como profesor hasta el concurso. Pero la mayoría de las cátedras se renovaron dos veces en esos años, primero con las designaciones interinas y luego con quienes fueron ganando los respectivos concursos.
Finalmente, estaba la relación con los estudiantes. Sería muy importante contar con el testimonio de los estudiantes que participaron en esos años en las comisiones y en el consejo. El Centro estaba dirigido por el Partido Intransigente. Cuando asumí el presidente era Pablo Semán, quien también cursaba la carrera de sociología. Finalmente optó por recibirse en ésta última y hoy es un sociólogo conocido. Su padre, Elías Semán, era un abogado que integraba el grupo de los desaparecidos de Vanguardia Comunista, al igual que Beatriz Perosio. Él sabía que yo había militado en esa organización y había conocido a su padre. Teníamos un buen trato a nivel personal, pero la política del centro era crítica respecto de la gestión. Yo tampoco tenía un apoyo pleno de la Franja Morada, sobre todo después de la renuncia de Sayago. De modo que me respaldaba sobre todo en el equipo y en el trabajo: las iniciativas fueron saliendo y así se llegó a la aprobación del nuevo Plan de estudios y a la creación de la Facultad.
Hugo Vezzetti en testimonio verbal: “Habría que consultarla a Alicia Azubel… En el Grupo inicial de graduados estaban Sally Schneider, Adela, Sara, Aníbal…” Un grupo de Franja Morada proponía a Harari”. Había varios grupos: uno de la Juventud Radical… otra Revolucionaria. Se fueron neutralizando entre sí. Cuando Delich es designado Rector Normalizador pide un nombre para Psicología y lo demoran… Se entrega a último momento, el último fin de semana: finalmente le dan mi nombre”. Me propone el grupo con experiencia previa en la carrera de los 60’: Sally Schneider, Aníbal Duarte (consejero en los 60); a Harari no se lo convoca, por presión de los estudiantes”. “Importante: Susy Kaufman en Concursos y Sara Slapak y Reina Cheja en Orientación al estudiantes se ocupan de restablecer la delicada relación con los estudiantes”. En una de las primeras reuniones cae Aníbal con una hoja de cartulina gigante con marcadores de colores y un mapa de plan de estudios a mano”.
Susy Kaufman: “Había un argumento tóxico: la psicología asociada a la subversión”. Había asambleas, Laboratorios a cargo de Sara Slapak, Reina Cheja, Felunia Gelblum que atendían ingresantes, pero también egresantes”.
Vezzetti: “Los estudiantes ya habían elegido sus representantes en el CEP en el 83 cuando asumimos. Pablo Semán del PI. Si contextualizamos, en 1983, la izquierda de la juventud estudiantil era minoría en el período de mi gestión. En APBA estaban Devries y Chiarvetti, tenían un delegado que se llamaba Pancho Ferrara. Además había sectores del radicalismo de Franja Morada como Alicia Mesiga.
Delich dice tener dos candidatos. Harari y Aníbal Duarte -que representaba nuestro grupo. Los dos nombres se neutralizan entre sí. Tanto Harari como Vezzetti, venían de APBA.
Vezzetti: “Yo venía de Punto de Vista, de escribir “Historia de la locura en Argentina”. Todo fue inesperado. No tenía contactos previos, a Sally sí la conocía de la Asociación. Les pedí un fin de semana para pensarlo y consulté con Silvia Cervetti, me dio su aval sino no aceptaba solo, me apoyaba el grupo de Aníbal Duarte, Adela, Susy y Sally. Las demás Facultades ya habían armado sus equipos con propuestas y nombres”.
Sally: “En el caso de Socio y Psico eran carreras atípicas separadas de Filo en el 74 por Otalagano en la Universidad e Ivanisevich en el Ministerio de Educación”
Vezzetti: “La Carrera de Psicología funcionaba con un nivel de autonomía fuerte .Yo era Delegado del Rector. Asistía a Consejo Superior con voz pero sin voto. En la productividad Delich me respetaba. Así el 1° de febrero de 1984, suspendí mis vacaciones y quedo como Delegado Rectoral hasta noviembre de 1985 en que creada la Facultad paso a ser Decano Normalizador que se completa en noviembre del 86. En una Mesa Redonda de Normalización y Universidad me acuerdo que participaban Oscar Terán y Tomás Abraham en 1984, un alumno pregunta si no era una contradicción normalizar la institución. A lo cual Terán contesta: “Normalizar una institución en Argentina es lo más subversivo” ¿Qué es Normalizar? Reestablecer el pleno funcionamiento de los claustros y reestablecer la autonomía. Los Estudiantes ya estaban organizados en el CEP y tenían sus Consejeros. Tampoco había problemas con la elección de consejeros graduados que provenían de APBA. El problema era profesores. Algunos habían podido mantenerse durante le proceso como Ostrov o Grego. Era una tarea estratégica de la normalización el llamado a concursos del claustro de profesores. Tarea exigente que asumió Susy Kaufman. Convocaba, llamaba gente dispersa. Una tarea titánica. Gente con ganas de colaborar como jurados. Boca a boca, tocábamos la puerta pidiendo CV. Los profesores se enojaban muchas veces: primero interinos, después concursaban y eso que buscábamos jurados inobjetables, respaldábamos a los jurados por la mayoría. Hubo solo un concurso irregular, el de Azcoaga con muchos vicios legales, nos amparábamos en la Asesora Legal, Alicia Ruiz; Jueza del Tribunal Superior de la Corte Suprema de la Ciudad.
Sally Schneider representante del grupo docente con fuerte inclusión institucional en los 60 y decisión de participar y volver. Opina, recuerda, “Adela Duarte participa en forma indirecta, ya que muchas reuniones se hacían en su casa por ser la esposa de Aníbal Duarte”. Adela Leibovich dice “yo no quise participar formalmente en los grupos por el protagonismo de Aníbal; pero decidí hacerlo una vez que ganara un concurso; sin embargo estuve ahí en los acontecimientos y puedo aportar mi punto de vista: Aníbal iba a ser delegado normalizador. Pero tuvo un enfrentamiento con Delich quien quería imponer a la Secretaría Académica por presión de grupos cercanos a Alfonsín que tenían otro candidato, Harari. Ante la desesperación, en el grupo (Sally, Diana Rabinovich), aparece como alternativa el nombre de Hugo Vezzetti en boca de Aníbal y se acepta”. “El Rector no aceptaba los candidatos que le proponían los grupos, al menos a nuestro candidato, Anibal Duarte. Es el día de hoy que ignoro por qué. Había un candidato sin grupo –Harari– de afuera, que tenía gran influencia y llegada directa al Rector: se autoproclamaba radical; se presentaba como máxima autoridad con un CV excepcional. Andaba por las suyas; ni había estado antes, ni contactaba con los grupos existentes; ni asistía a las reuniones: Horacio Harari venía por la propia y tenía gran llegada. Salvo el Rector nadie lo aceptaba: no representaba a nadie, a ningún grupo. Fue así que apareció el nombre de Hugo Vezzetti de la revista Punto de Vista”. Un docente recuerda: “Harari era psicólogo, radical, dirigía una institución: Mayéutica; profesor de psicoanálisis en la Universidad del Salvador; Director de Nueva Visión y de Psyche en la Universidad. Todos estudiábamos con él en los 80”. Interviene conflictivizando los concursos de Psicopatología y Francesa”.
“Acá vemos alguien que sólo influye arriba. No logra apoyo. Nuestro grupo hablaba con estudiantes y graduados. Me acuerdo de Leonor Núñez que se reunía con nosotros por estudiantes. Sayago del grupo que estaba de antes estaba con Alicia Messiga, delegada de graduados. En esa primera época, yo era Secretaria de Docencia”.
Grupos que hablan con grupos: docentes, graduados, nuevos, viejos.
Los grupos de docentes y profesores dirimen sus cuestiones en los concursos:
Adela Leibovich: “Había tensiones con el grupo procedente de la Facultad, gente de la cátedra de Ostrov que había ascendido académicamente. De ATP a profesores adjuntos y titulares. Ese tema influyó especialmente en el concurso de la asignatura Psicoanálisis. Se presentó una autoridad: Ricardo Avenburg e Irene Friedenthal de la cátedra de Ostrov. El primero dio una clase coloquial, con estilo libre y campechano, simple, no había preparado una clase en el sentido formal… Irene Friedenthal llevó un escrito, leyó y ganó. ¡Qué mal se quedó Avenburg! Tenía publicaciones, estaba en APA, en el Hospital Israelita… En esa época la Asociación de Psicólogos, estaba en todo, era muy influyente…”.
Alguien comenta que Avenburg era médico y de APA. Tuvo en 1974 una cátedra paralela a la de Psicoanálisis de Ostrov. Eso explicaría que en la entrevista concursal para el concurso por la cátedra de 1984, presentara un programa de esa época, sin actualizar, y eso sumado a su informalidad le jugara en contra académicamente en el resultado del concurso.
Asignada inicialmente a Psicología Clínica, Diana Rabinovich recuerda: “La interna del psicoanálisis era estridente: participo en el jurado de la asignatura Psicoanálisis; éramos Ostrov, García Reynoso y yo. Se presentaron Ricardo Avenburg de APA, Harari e Irene Friedenthal. En la entrevista Avenburg presenta un programa de los 70’, Friedenthal leyó una clase muy elaborada. Hubo en un momento dictamen dividido, Ostrov se inclina por Avenburg y yo me inclino por Friedenthal por la calidad de la clase.
Otras internas dentro del psicoanálisis impactan en uno de los primeros concursos, el de Escuela Francesa. Una participante pretendió descalificarme argumentando que escribí el escrito de Fishman.
Grupos de Estudiantes…
Lucas Lucillo cuenta que ya desde 1982-83 había Centros de Estudiantes constituidos. Él mismo, fue presidente del CEP de Filosofía y Letras. Entre los primeros en elegir Centro de Estudiantes estuvieron Psicología, Exactas, Filosofía e Ingeniería. En Psicología, Diego Semán del PI (“somos la patota del Doctor, Oscar Alende”) y Leonor Núñez de Franja, Suni Rodríguez; Jaime Pansik. Además había dos líneas radicales: una de Balbín (que tuvo en 1974 dos meses de influencia por un pacto con Montoneros en un momento de vacilación, previo a la intervención Otalagano)”. Claudio Alonzo precisa: “Una era la corriente Nacional y Popular que gana en Ingeniería y tenía su expresión en la Juventud Radical revolucionaria y la Junta Coordinadora”.
Continúa Lucas Lucillo: “Las líneas del PCR de los 70 se nuclean alrededor de la Revista Punto de Vista: Vezzetti, Beatriz Sarlo, a los que se suman los exilados procedentes de Méjico que van llegando como J.C. Portantiero, constituyen el Club Socialista. La Coordinadora no quería ni PI ni PCR. Es posible que Diego Semán también recomiende a Vezzetti”.
Susana Iglesias, recuerda los momentos antecedentes cuando era no-docente: “Ingreso en la Carrera de Psicología en 1983 por una amiga. Fui secretaria del Secretario Académico Torres cuando todavía era Decano Mario Penna; última época del proceso. Cuando me tomó a prueba me dijo: “Si no servís te tiro por la ventana”. Tenía sede en Corrientes 3032, hoy el Rojas. Cuando viene Hugo Vezzetti Alicia Azubel es su Secretaria Académica y María Estrático su Secretaria de Extensión, de quien paso a ser su secretaria. En esa época Extensión se ocupaba de cubrir la parte médica, el Comedor, el Jardín maternal y los Convenios. APBA era muy influyente entre los graduados. Habían ganado los radicales: Claudio Alonzo, Horacio Cárdenas; Mónica Kreuze Ureta; también Dulce Suaya. Gloria Autino representabala Gremial Docente”. “Con Vezzetti se da la transición de Carrera a Facultad. El Decanato, las Secretarías y la Sala de Consejo funcionaban en Independencia en el tercer piso, saliendo del Antiguo ascensor a la derecha. Todas las ventanas daban a Independencia. Cuando es Facultad viene Sayago como Secretario académico”.
Los graduados…
Horacio Cárdenas Rivarola: “Jorge Sevilla, ex pareja de Liliana Perossio, desaparecida por la dictadura siendo Presidenta de la Asociación de Psicólogos; de la oposición política, es quien conecta a Vezzetti con la línea socialista del Radicalismo”.
El consejo Asesor…
Ana Fernández: “Estuve sólo los primeros seis meses en el Consejo Académico. Fue una época de reconstrucción de la Universidad. No había climas adversos o de enfrentamiento. Sí aparecieron después con la designación de jurados y los concursos que mostraban tensiones entre los grupos. Con quien más acordamos en cuestión con la calidad académica era con Diana Rabinovich. Coincidíamos con la idea de excelencia académica, en la línea de las universidades europeas. Con Aníbal Duarte compartía la importancia del tema de inaugurar la investigación acá. Con Beatriz Grego compartíamos afinidades gremiales, y políticas. Lucia Rossi: “¿Quien era Isabel Lucioni?” Ana Fernández responde: “Presidenta histórica de la Asociación de Psicólogos de Buenos Aires y fundadora. Tenía mucha formación psicológica y psicoanalítica. Fue clave en la época de hacer “legal” lo “legítimo” en cuanto a la profesión. Personería legal, incumbencias. Tenía una formación impecable” Adela y Sally eran la memoria viva de la universidad antes del ‘66. Como yo venía de la Universidad de La Plata, la cosa allá había sido muy distinta, había sido otra la historia… otro proceso… En La Plata empezó la cosa con Tono, éramos muy compinches. Con Vezzetti, nos conocíamos políticamente: habíamos cursado un grupo de estudio con Sciarretta sobre Lacan. Me ofreció la cátedra de psicología social pero yo le sugerí a Goyo Kaminsky que estaba regresando de afuera .Yo prefería “Grupos”, mi especialidad. Con Vezzetti y Duarte había un clima de respeto y aprecio que lo daba la tarea compartida en un momento fundacional en el que Vezzetti me convocó. Tengo el mejor de los recuerdos… Estaba también Enzo Carriolo que ayudó a Goyo Kaminsky cuando tuvo su episodio, pero ya era del Consejo Consultivo Académico después de agosto. Goyo concursa en Psicología Social, pero ganó Eva Muchinik. Antes que en los grupos yo pensaba en la excelencia”.
“Se discutían propuestas y nombres, apareció una nueva que me pareció maravillosa y apoyé calurosamente: Para “Niños” la propuesta de Rodulfo y su esposa. Estaba Alicia Stolkiner en Extensión. “Los profesores de esa apoca éramos todos interinos bregando por la situación concursal para constituir y normalizar el claustro de Profesores. Yo por ejemplo concursé “Grupos” en el 85. Hubo concursos en casi todas las materias, 16 concursos de titulares. Vezzetti tenía un criterio muy abierto y democrático. Tenía a Alicia Azubel de Secretaria Académica con buena formación lacaniana, apoyada por los estudiantes por su militancia. Antes había estado Sayago. Apoyado por la Franja, venía de estar en la Facultad. Muchacho muy, muy culto, con una cabeza… ¡Brillante! Muy cultivado. Por problemas personales no podía sostener el cargo, aunque tuviera mucho poder. Después no sé cómo le fue en el concurso. Creo que pasó. Pero empezó a tener problemas en la cátedra. Recuerdo a Sally y Alicia Azubel”. En Psicoanálisis estaba Beatriz Grego, quien daba Freud a la letra e Irene Friedenthal a cargo de la primera cátedra de Freud. Fueron abriendo la puerta al lacanismo. En Psicopatología la primer cátedra queda a cargo de Beatriz Grunfeld con Amalia Baumgart de adjunta; y la segunda cátedra a cargo de Roberto Mazzucca, con un programa espectacular lacaniano con gran nivel en el momento fundacional. Ambos programas brillantes. Roberto Mazzuca siempre me invitaba a la cátedra y yo a él a la mía como lo más natural: hoy sería impensable. El espacio era “Los maestros de la sospecha”: Marx, Freud y Nietzche con Luis Hornstein, Gruner y Horacio Gonzalez y luego Foucault y Deleuze con Mazzuca y Tomás Abraham”.
Roberto Mazzuca: “Recuerdo casi nada de aquel Consejo Asesor. Solo anécdotas que pueden servir para que nos divirtamos un poco. Había una mujer muy molesta de la Asociación de Psicólogos que le hacía la vida imposible a Hugo y le escuchaba las conversaciones atrás de la puerta. Había un chico de Psicología Social también traído por Hugo, no recuerdo su nombre que tuvo un ataque epiléptico en plena sesión. Todos quedaron impresionados y no pudieron seguir trabajando. No podía entender por qué se dio por finalizada la reunión y cómo psicólogos y profesionales quedaran tan traumatizados porque alguien tuviera una crisis de epilepsia”.
“En el Consejo Asesor, había gente de La Plata: Ana Fernández. Para mí lo único y lo más importante fue hacer el nuevo Plan de Estudios. El mayor trabajo fue ese. A mi entender era fantástico y nunca se cumplió. Hubo sí dos equivocaciones: los dos idiomas considerados asignaturas, en vez de requisito y un sistema de materias bimestrales cuatrimestrales, anuales de 50, 100 ,120 y 180 horas que le daba al plan gran plasticidad. A mí me encantaba. Pero por cuestiones operativas todas se transformaron en cuatrimestrales o anuales, como Psicoanálisis y Psicopatología”. Originariamente entré como graduado procedente de APBA. En ese momento no había tanta división del claustro. Si había dos grupos que se reunían por su cuenta y con Delich. A Delich le sorprendían los grupos de psicología porque de otras facultades abundaban las postulaciones personales. Éramos los únicos. ”Un grupo se reunía en la casa de Diana Rabinovich, Sally, Sara, los Duarte, y gente de social que después dejó de participar. Era un grupo radical. Lo proponían a Aníbal Duarte. Pero detrás del argumento de que tenía que aceptar a Sayago como Secretario Académico, se escondía el argumento de su falta de producción científica. El otro grupo era el que venía estando, lo lideraba Beatriz Grego”. Harari era un graduado psicólogo muy amigo de Devries de APBA “Un día en la casa se Sara con Tausk se nos ocurrió el nombre de Vezzetti. Sara se anticipó a proponerlo a Delich, Vezzetti era de izquierda, acababa de sacar un libro. A Delich le gustó. Los grupos lo aceptaron. Vezzetti aceptó a Sayago como Secretario Académico”.
“Ostrov asistía siempre al Primer Consejo. Recuerdo que me impresionaba la pleitesía, respeto y consideración con que trataba a Diana Rabinovich, había sido su alumna y creo fueron jurados en alguna materia, seguramente en Psicoanálisis que ganó Irene Friedenthal, Harari se sintió ofendido y se consideró discriminado”. La Facultad se creó en noviembre de 1985. A partir de ahí Vezzetti fue Decano Interventor y se aceleraron los concursos. En el mío –Psicopatología– era jurado Etchegoyen de APdeBA, otro el presidente de APBA se suponía tenía que defender la los psicólogos ya que se había decidido que a igual mérito había que optar por psicólogos y Fernando Ulloa, quien entra en lugar de Isabel Calvo, a quien impugno por analizarse con Betty Grunfeld. Eso me jugó en contra. Betty Grunfeld decía que tenía los votos de Ulloa y de Etchegoyen. No era psicóloga, era médica, estaba en cuarto lugar en Antecedentes. La clase era inaudible, hablaba bajo. Hubo empate. Etchegoyen inteligentemente argumenta que siendo ambas clases excelentes, elige a Grunfeld. Sabíamos que ella secretariaba APdeBA y la conocía de ahí. Pero la sorpresa fue que el presidente de APBA, la Asociación de Psicólogos, adoptó el dictamen de Etchegoyen, en vez de ayudarme. ¡Ahí debe haber influido Harari y su bronca porque estudiaba con él! Yo venía a cargo de la cátedra dictando interino y Grunfeld se quedó con la cátedra!!! Ahí con el CEP y Graduados, Messiga y Alonzo; hicimos una petición y se abrió una segunda cátedra. Fui Consejero por graduados hasta concursar. Voté en contra cuando hubo que votar la reducción del Plan de Estudios, muchas asignaturas pasaron a ser electivas.
“A Sara me la propone como candidata María Julia García. Se ve que había hablado con todos!” “Sara se alió con estudiantes, graduados -Cárdenas, Alonzo- habían ganado la Asociación de Psicólogos y una minoría de profesores”.
“¡Qué buen Decano fue Vezzetti! Hablaba y escuchaba a todos. Era culto, académicamente aceptable. Respetaba los procedimientos establecidos…”
María Julia García: “Hubo dos etapas: Consejo Asesor y Consejo Académico Consultivo a partir de agosto de 1984. Recuerdo que me fui de vacaciones en febrero y en marzo una amiga me entera. Me entero por afuera de casualidad. Después sí; me llega la notificación. Seguramente me llamaron porque había sido interventora en 1973. De esa época recuerdo que renuncié enseguida porque había mucha influencia de los Montos. Estaba de Decano de Filo, el cura O’Farrel, misógino. Solo éramos tres mujeres: Adriana Puiggrós por Ciencias de la Ecuación, la de Bibliotecología y yo. Knobel era titular de Evolutiva y había un grupo de auxiliares del Peronismo revolucionario que eran muy influyentes. Como Secretaria Académica, tenía una oficina en el tercero de Independencia por donde estaba el Instituto, con mamparas, una mesa y tres sillas, sin presupuesto ni personal administrativo”. “Volviendo al 84, el Consejo Asesor estaba constituido por profesores a propuesta de los grupos técnicos del Radicalismo. Delich consultaba mucho a la APBA por graduados, por eso en ese consejo está como delegado graduado Francisco “Pancho” Ferrara; vicepresidente de APBA. En el centro de Estudiantes estaba Pablo Semán y Giraldo que eran de la Juventud Universitaria Intransigente línea frondizista dentro del radicalismo. Pablo Semán era hijo de un compañero de militancia de Vezzetti, desaparecido; y por el cual Hugo tenía un afecto entrañable”.
Entre los profesores estaban Diana Rabinovich, Aníbal Duarte y Susana Gass que participaba activamente por el radicalismo. Ostrov: “¿Decís que estuvo? Nunca fue".
“Gregorio Kaminsky, El Colorado, venía de afuera, era de Psicología Social, se descompuso en Consejo y lo ayudó Enzo Carriolo. Estaba también Sally Schneider que venía de un exilio en Perú, muy amiga de Sara. Me contó que los equipos deportivos olímpicos peruanos ya tenían psicólogos como asesores. Cuando me llama Vezzetti, lo hace para resolver el problema de los exámenes de marzo de Evolutiva Niñez. Tuve reuniones con los estudiantes: de 20 a 30 alumnos me comentaron los contenidos que había dado el titular anterior y acordamos los términos del examen. Solucioné el problema con los estudiantes. Yo sentí que lo ayudé. Él, sin experiencia, venía del grupo chino del comunismo, del Salvador y del consultorio. El segundo problema fue el calendario académico. Estaba extendido el tiempo administrativo y comprimido el académico. Todo había quedado en manos del personal administrativo –por suerte– en un sentido”.
Enzo Carriolo comenta: “Me sumo al Consejo Asesor como representante de la Gremial. Vezzetti convoca a Adjuntos y JTP con historia. De la primer época, previo al 66, Diana Aisenson, Sara Slapak, Azcoaga, Reina Cheja; grupo que se había desconectado de la Facultad desde esa época. Yo me incorporo en el 70 en la cátedra de Knobel, Evolutiva, y estoy hasta el 75. Llegué a ser JTP de las dos evolutivas, Clínica de Niños y Psicopatología. A Onrubia lo respetaba académicamente, aunque no era psicólogo. Lo conocí cuando yo trabajaba en el Agote y él estaba en el Instituto del Menor y la Familia. Durante el proceso defendió la autonomía de los Psicólogos. Vezzetti nos convocó a María Julia García y a mí. La gremial de Psicología era necesaria por el deterioro salarial. PSIDUBA: fui hacedor de esa gremial. También estaban Gloria Autino, a quien elegimos presidenta y siempre llegaba al final de las reuniones; Jorge Fainstein; Santos Collebella; Martínez (Adjunta de Samaja) y María Mucci, que siempre fue excelente trabajando. En la gremial me encargaba de la Sección Asuntos Profesionales y Científicos. La parte académica que intervenía en la tripartita para la confección del Plan de Estudios y en simultánea en el Congreso… Luchábamos por la Ley del Psicólogo. Yo era Adjunto de María Julia; luego se abrió la segunda cátedra. La gremial se sentaba en el Consejo Consultivo Académico. Con todas las diferencias, empujábamos para el mismo lado. Acompañé y apoyé todo lo que me parecía valioso. Eso me costó, pero opino que la vida es “sanamente desprolija”. Siempre busqué puntos de conciliación y encuentro. Nunca planté banderas. Planteábamos estrategias. Porque o nos juntábamos o se iba todo al diablo. Los estudiantes venían con muchas ganas de participar y había Asambleas frecuentes. Había un profesor de izquierda que gritaba y de tanto gritar se desmayaba, tenía como ataques histéricos. Me planté en una asamblea que propiciaba el maltrato. Vezzettti tenía muy buen trato, trataba de crear un buen clima entre estudiantes, graduados y docentes. Tratábamos de frenar a los violentos. En una asamblea en el aula Magna de Independencia estaban todos, el gobierno era radical, Vezzetti tenía formación de izquierda; venía de la Vanguardia Revolucionaria y el Club Socialista. Era un sábado a la tarde, estaba colmado. Sería en el 84/85… empezaron a gritarle a Vezzetti. Subo, me juego y digo: “Soy crítico a la gestión, me conocen, pero no puedo permitir insultos y agresiones por respeto a la institución y a la persona del Decano”. Logré frenar la escena”. “El primer cuatrimestre del 86 salen los primeras 23 designaciones de profesores: Narciso Benvenaste, Beatriz Grego, Irene, Adela y Aníbal Duarte, Azcoaga entre los que me acuerdo; pero no daba más que para hacer una sola lista con ocho titulares y ocho suplentes. Yo fui primer suplente. Así llega Sara a Decana. No fue una cuestión ideológica con Vezzetti. Fue una cuestión histórica y de resarcimiento: queríamos que fuera un egresado de nuestra carrera. Hubo muchas luchas. Sufrimos la exclusión, persecución y maltrato a profesores, destino incierto, rogando que las instituciones nos incluyeran… Por ejemplo, hubo muchos de nosotros que nos negamos a matricularnos bajo la ley de Onganía. Vezzetti representaba a la izquierda. Peronistas y radicales graduados estaban juntos en APBA. En esa etapa de organización necesitábamos todos los apoyos posibles. El gobierno era radical. Un peronista no podía ser candidato. La llamo a Sara –yo conversaba con ella, tenía trato fluido–, y le pregunto: hay que definir quién y convencer a la gente. “Yo no tendría inconveniente” contestó. Graduados: cuadros militantes del radicalismo, al parecer, ya le habían hablado. Profesores: María Julia García; Saforcada; Adela y Aníbal Duarte; Azcoaga; Tono Castorina; Beatriz Grego y yo. Estudiantes del PI: eran Slatopovsky y Carlos Neri; Norman Pautasso por el peronismo, Sally Schneider, Celia Frylistein y Roberto Mazzuca por Graduados.
Ahí se vio la diferencia: Vezzetti siempre escuchaba. Sara era muy soberbia. Al principio acompañábamos pero después empezó a haber diferencias y discutíamos. Se armó el Frente de los Cinco. Al año teníamos que ratificar. Se armó un nuevo grupo con nuevas alianzas de estudiantes, graduados y profesores. “Así, ya habiendo sido elegido Schuberoff como Rector de la UBA, quedan como Consejeros Profesores Mazzuca, Adela y Saforcada Consejero y Vicedecano. La ratifican a Sara. Tono y María Julia que se suman a la minoría de Profesores. Se trató de defender el concurso de Samaja con Beatriz Grego como veedora. Con Vezzetti, desde la tripartita participamos en el Plan de Estudios y cuando la modificación del Plan luchamos para que las Evolutivas no pasaran a ser optativas como querían algunas tendencias”.
Reina Cheja: “Se inscribieron 3000 estudiantes y Vezzetti nos encarga a Felunia Gelblum, Sara Slapak y a mí la Sección Orientación al Estudiante. Organizamos el ingreso a la Carrera, un curso de tres meses con materias psicológicas que dictaban Beatriz Grego e Irene Friedenthal. Se normalizaba el dictado de las materias: a los que venían de antes -la escena base fueron los concursos de Ipar de la Asociación de Psicólogos en que comenzamos los psicólogos a dar clases (en el 67)- de la que salen 29 materias: 13 APBA, 13 para los Psiquiatras y 13 para los Forenses. Después vino el 73-74 con Maria Julia García. En el ‘84, Delich plantea la creación del CBC: Introducción a la Psicología, Neurobiología con Azcoaga, Psicoanálisis. Se va normalizando lentamente el claustro de profesores con los concursos. No había asignatura de Derechos Humanos, empezamos a plantear su necesidad. Los que empiezan a elegir representantes primero son los estudiantes luego los graduados. Organizado el CBC, yo continúo en la Facultad con Orientación al Estudiante, organizando grupos de reflexión, por las dificultades de las materias, los miedos, problemas de aprendizaje, alumnos perturbados, con dificultades para estudiar, para integrarse a los grupos, para concentrarse… Se trabajó mucho los primeros tres años. Vezzetti escuchaba a todos, era muy democrático, trataba de que las cosas funcionaran de la manera más armoniosa posible. Para proveer las cátedras pedíamos antecedentes, CV. Para organizar la carrera se trabajó muchísimo de la mañana a la noche”
Alicia Stolkiner: “En la época de Vezzetti era profesora adjunta de Psicohigiene y Salud Mental. Participé activamente en el debate por la reforma del Plan en el ‘85. De hecho fue propuesta mía suplantar el nombre de Psicohigiene por Salud Pública y Salud Mental. Preventiva era obligatoria. Electivas del área eran Planificación, Epidemiología y Estrategias de Intervención Comunitaria”. Cuando se eligen autoridades por un año en noviembre del ‘86, fui Secretaria de Extensión. Esa elección se hizo con el compromiso de renunciar al año porque el total de profesores regulares era muy pequeño (un poco más que los 16 de la lista). Era todo muy precario: los sueldos simbólicos, tenía una oficina en el tercer piso con una secretaria part-time”.
Los primeros Consejeros Graduados electos y Consejeros Superiores
Horacio Cárdenas Rivarola: “Elegido Consejero graduado en el Consejo Superior, participo de la votación por la creación de la Facultad y de la elección del Primer Rector en Democracia. Estoy a la hora de votar la creación de la Facultad de Psicología –noviembre del ‘85–. Vezzetti no vota por ser Decano Normalizador, aunque asiste a la sesión. Hubo resistencia y objeciones por el tema económico, las Facultades de Agronomía y Veterinaria y el Decano Sanz de Derecho. Hubo que intervenir argumentando con recuerdos de otras épocas en que Psicología y Sociología eran vapuleadas y se las descalificaba argumentando que eran ciencias de tiza y pizarrón”
En marzo, en la Asamblea Universitaria elegimos Rector de la UBA a Schuberoff. Ganamos también la Asociación de Psicólogos a Avellutto. Alonzo, yo y luego Tausk.
Silvia Quesada: “En diciembre de 1983 asume Alfonsín. En 1984 se comienza a trabajar en preparar el CBC: Alicia Camillioni, Sara Slapak, Elvira Romera; Felunia Gelbaum y Melilla y yo. Larga en 1985”. “Shuberoff era Decano normalizador de Ciencias Económicas. En Diciembre 85 se constituye la Asamblea que se reúne en marzo de 86 y lo elige Rector de la Universidad hasta el 2002”.
Cárdenas Rivarola: “En 1985, Vezzetti se distancia de Franja Morada. Pagliari y su grupo le informan a Shuberoff que no le darán su apoyo como candidato. Shuberoff busca Decano para Psicología a través de operadores del radicalismo y aparece el nombre de Sara Slapak quien venía de colaborar con A. Camillioni en el armado del CBC y de pertenecer al grupo asesor”. Claudio Alonzo y yo- ya elegidos Consejeros por el claustro de Graduados por la lista Vigencia- le pedimos a Sara ser nuestra candidata a decana.
Yamila Conde Ocampo: “Sara Slapak es elegida en octubre de 86 por un año- claustro de graduados y estudiantes habían elegido representantes, pero los escasos concursos realizados daban un exiguo claustro de profesores (15-16) no era una base representativa. Se reelige en octubre 87 ya con E. Saforcada como Vicedecano. Trabajaba en Docencia Rosa Jaitín de Langer, la llamábamos rolanger”.
Enrique Saforcada: “En el 85 había elegidos consejeros por graduados y estudiantes, entre ellos Claudio Alonzo”. Le propongo a Sara trabajar juntos (en representación del grupo mío) y Sara me responde que “No solo digo sí, sino que me gusta la idea de gestionar con un hombre” -Estoy a lo que dispongas- le respondo. Me dice que me busque un escritorio cerca de ella y que me delega la parte de Personal y Administración”. Al día siguiente de haber sido elegidos, a las 8 de la mañana comenzamos a trabajar. Cuando vuelve de la primer reunión de Consejo Superior me dice “todo lo que hablamos el lunes, no va a poder ser. Nunca me vas a reemplazar en Consejo Superior”. Es vox populi que no iba. Una sola vez en 8 años la reemplacé. “Cuando nos eligen es por el plazo de un año, porque en el claustro de profesores solo había 14 profesores concursados; eran muy pocos (entre ellos Beatriz Grego, Diana Rabinovich; Anibal Duarte, Azcuaga), para octubre de 87 las rivalidades siguen y se arma una segunda lista. Polo Salvarezza, Anibal Duarte, Adela. Seguía la misma cantidad de profesores”. Para ir a lista única y desarmar la segunda vuelvo como Vicedecano entre 86-90, Sara es apoyada por el movimiento estudiantil. “Yo quería armar el área comunitaria con Tucho Isaac Levar; Galli; Sara. Me preguntan, me consultan y se crea el Programa Avellaneda. El movimiento estudiantil se divide, empiezan a graduarse. En 90-94: La relación sigue tensa. Intermedia Lucilo de Extensión Universitaria y luego Topf. Me excluyen del Programa Avellaneda porque denuncio corrupción”.
Claudio Miceli, de Prensa en esa época, recuerda: “Hice el CBC en el ’85, entré en el ‘86. La escena cuando Stolkiner le tira una taza o un cenicero en la cara fue cuando Saforcada era Vicedecano recién electo y en Consejo Directivo. No se podían ni ver, ni estar en el mismo espacio físico”.
“Malfé estaba a cargo de Planeamiento, se ocupaba de Infraestructura y estaba planificando el posgrado que recién se estaba armando. Presentó un proyecto institucional de organización de distribución de espacios institucionales. Se fue muy, muy ofendido porque le denostaron el proyecto. Lo tomó como una cuestión totalmente personal. Renunció a las cátedras de Institucional y Trabajo. Renuncia y se va a Sociales llevándose a su gente con él. Hay una carta que escribe, acompañado por otros docentes, repudiando la posición institucional de las autoridades de Psicología. Una ruptura institucional. Se fue de la institución. En sus teóricos, cuando fui alumno de institucional, Vezzetti era Profesor Adjunto que daba teóricos, daba Foucault e Historia de la Locura en Argentina”.
Roberto Mazzuca: “Perdimos a Ricardo Malfé de Institucional. Hizo un estudio institucional, una propuesta para estructurar la distribución de espacios del nuevo edificio, que fue desestimada. Por este episodio lo perdimos y fue una pérdida para la institución. Lo conocía del concurso en la Asociación de Psicólogos. Miceli continúa: "Roberto estuvo en la cátedra de Malfé. Se reunían los fines de semana en una quinta de Malfé, Roberto Mazzuca, Vezzetti y otra gente. Vezzetti siempre estudioso, leyendo, metido en sus libros. Finalmente Mazzuca queda a cargo de Posgrado. Otro histórico de la cátedra de Malfé fue Juan Carlos Perotta”.
Sally Schneider: “Antes de la Facultad, muchas directivas del Ministerio. El poder de arriba hacia abajo. Creada la Facultad, electas sus autoridades, el poder se invierte: va de abajo hacia arriba, con mayor autonomía. Gestioné en Docencia, siendo Azubel Secretaria Académica. Buscábamos currículum, entrevistas para cubrir las cátedras como fuera. Saforcada viene de Córdoba. Lo conocí cuando viajaba a Córdoba a ayudar a constituir la Asociación de Psicólogos allá, su relación con Stolkiner, era pésima. Los dos cordobeses se mataban, había que mantenerlos separados”.
Lucrecia Mailhes, no-docente histórica de nuestra Casa de Estudios recuerda: “En el ‘76 me echaron y volví en el ‘83 a Rectorado en la Sección de Becas. Pro Psicología dependía de Rectorado. Pedí de nuevo el pase a Psicología donde estuvimos muy incluidos y fuimos muy considerados desde el principio. Vezzetti era muy inclusivo y de escuchar. Muy respetuoso, nos contuvo, siempre se preocupó, nos daba lugar. Éramos considerados parte de la estructura universitaria. Fue Delegado Normalizador, después Decano Normalizador. Había que armar todo y estábamos un año rezagados respecto de las otras Facultades. Cuando se arma la oficina de Consejo, había que estudiar mucho: estaba Betty Crocce, Yamila Conde Ocampo. Participamos en la confección del reglamento del Consejo Directivo y en la elección de Sara. Tuvimos que reconstruir la estructura y rearmar toda la carrera administrativa. Yo ya era delegada, fuimos armando todo; en esa época tuve a mi bebé. A 30 años recuerdo que fueron años fuertes, lindos, de mucha discusión. Tiene que ser así. Estoy muy orgullosa de pertenecer a esta institución. Siempre participamos en el Consejo Directivo con voz pero sin voto. Vezzetti era muy especial, nos hubiera gustado que siguiera, pero bueno, así es la política, así lo entendimos y apoyamos a la nueva decana. De esa época tengo un recuerdo hermoso. Se armó la Oficina de Alumnos, la Dirección General. En principio todos teníamos categorías bajísima -¿Te acordás de Polli?- Después me fui a APUBA; ahora me estoy jubilando”.
Finalmente Vezzetti apunta: “Había que correr contra el tiempo: había plazos estrictos para establecer la estructura académica, el plan, departamentalizar, los concursos en 180 días. Ahí Sayago renuncia –eso nos trae problemas con la Franja– y queda en la Secretaría Académica Azubel, aunque Sally de Docencia dependía directamente de Decanato… Había que salir a conseguir aulas por la hipermasividad”. “Había quienes colgaban cartelitos solicitando ayudantes…”
Susy Kaufmann: “Sí hubo tensión y conflicto cuando hubo elecciones. Pero el traspaso se hizo ordenadamente. Aunque se preveía un estilo más duro de la militancia estudiantil y de graduados”.
¿La conclusión? De ustedes depende entretejer el entramado de historias personales institucionales a veces muy pasionales; con pequeños olvidos, distorsiones, imprecisiones, detalles de color recordando que son un caleidoscopio de perspectivas entretejidas de recuerdos; un modelo para armar. Historia viva.
Continuará…
Sara Slapak: Saforcada, Dulce Suaya; Claudio Alonzo; Oscar Schuberoff; Sally Schneider. Sara Slapak; Alicia Camillioni; Juan Samaja. Inauguración de HY.
Sara Slapak, ?, Delich, ?, Cárdenas Rivarola.
Claudio Alonzo y Horacio Cárdenas Rivarola. Hoy.